Definitivamente, no se trata de un mero recuento histórico. Por lo menos no uno común. El libro lleva a una introspección de corte psicológico colectivo, parangonando instancias y bloqueos psíquicos de las personas individuales, aplicados a las sociedades, para tratar de explicar, a lo largo de la reseña histórica, la subsistencia de dos Argentinas, o dos caras de una Argentina que no se anima a despegar, dejando atrás sus fantasmas y uniéndose como una sola. Analiza el trauma prenatal y de alumbramiento de la sociedad, mas allá de su origen y línea ancestral, en lo que significó para la tierra del continente el sísmico choque cultural entre Occidente y la cultura de los pueblos originarios, su radical oposición y cosmogonía de esos últimos, incomprendida para la época. Lo que culminó en su aculturación y en los ulteriores padecimientos para la descendencia de la mixtura de ambas culturas. Continúa con la propia crisis de identidad de España, porque albergaba en su propio seno, en su propia tierra, a grupos sociales diferentes y sin poder aceptar esa faceta de convivencia, al ser señalada en el resto de Europa, ella misma como diferente. Así es que la autora entiende que esa faceta la jugó en sombra, recostándose en el más puro catolicismo para ser aceptada como parte del continente europeo. Y de ahí pasa a las diferencias existentes, a ese nivel del profundo del colectivo, entre el Virreinato constituido en el país y cómo fue e, el puerto de Buenos Aires, generando dos Argentinas que subsistirían partidas por el antagonismo mismo en cuanto tal. Esto para hacer eclosión. cada tanto, a manos de un personaje despótico que haría recrear la herida de origen, la herida de raíz, a todos los involucrados en el antagonismo. En el siglo XIX con Rosas, en el siglo XX con Perón, pero esta vez dejando la crisis sin resolver.
Explica a fondo dramas profundos del país y su historia, en un continuum muy interesante de seguir a partir de la línea de análisis que propone, pero que también puede muy bien aplicarse a los restantes países de Latinoamérica que cargan con igual drama y herida de raíz, en el alumbramiento mismo de las sociedades, tales como son hoy. Finalmente, en el núcleo central, su tesis apunta a la relación con el "otro diferente", que convive en una misma tierra, y su aceptación como tal, requerida en la entrada a una nueva Era para el Planeta.