Fernando Ortiz Fernández es el precursor de los estudios sobre la cultura de origen africano en Cuba. Su vida estuvo dedicada al descubrimiento de lo cubano y al rescate y revalorización de la presencia africana en dicha cultura. Así, inició su carrera profesional indagando en el hampa afrocubanay en la mala vida de las periferias habaneras. Seguía así las rutas de dos cubanos: el sociólogo, historiador y periodista José Antonio Saco, y el literato y periodista Miguel de Carrión.
En consecuencia, inspirado en las tesis de sociología criminal de Enrico Ferri y Cesare Lombroso, elaboró sus propias teorías criminológicas en su libro Hampa afrocubana. Los Negros Brujos.
La obra de Ortiz Fernández está marcada por la polémica en torno a sus método de investigación iniciales. Empezó como criminalista y luego se interesó por la historia, la sociología y la antropología.
En un primer momento Fernando Ortiz, influido por las ideas del positivismo lombrosiano, vincula a la población negra a lo que llama la mala vida o a la delincuencia, la ignorancia y la inmoralidad. Postula la necesidad de sanear a esta población a través de su desafricanización para poder integrarla al proyecto nacional cubano.
Sin embargo, unas dos décadas después, Fernando cambia de posición para apreciar y valorar las aportaciones culturales de los negros cubanos a la cultura nacional.
Hampa afrocubana. Los negros brujos quizá resulta progresista en relación con su tiempo. Sin embargo fue superada por la obra posterior de Fernando, que combinó un exhaustivo trabajo de campo con el análisis de los contextos económicos, de estadísticas fiables y el estudio de las creencias religiosas y supersticiones desde un enfoque más integrador.
No obstante, este libro es un síntoma de cómo la intelectualidad cubana afrontaba de la cultura negra de la Isla.