¿Se han dado cuenta mis queridos amigos, que siempre nos hicieron creer que éramos indefensos, pequeños, que jamás podríamos hacer las cosas por nosotros mismos? Fue tanto así, que nuestra crianza estuvo marcada por un no, por muchas mentiras que se usaron indiscriminadamente para hacernos sentir mal. "Eres pecador, culpable, no sirves", y tantos adjetivos que nos hacían cada vez más y más pequeños y así fuimos creciendo y nos convertimos en adultos dependientes y manipulables llenos de dolor y mucha frustración, porque el sentir que algo no estaba bien era un pecado y cuanta cosa loca podamos imaginar.

Ahora en estos tiempos donde todo se está transformando, estamos despertando para darnos cuenta que las cosas no eran así como nos dijeron. Nos dimos cuenta que existe un gran poder que está dentro de cada uno de nosotros, y que solo nosotros seremos capaces de mirarlo y sacarlo a relucir sin importar tanto los patrones sociales y familiares, y que si había juicio, sería del otro, y nosotros seguiríamos adelante con lo que amamos y en esto se basa esta primera característica del YOYO, de no entregarle tu poder y tu individualidad a nadie.

Debemos comenzar haciéndonos responsables de asumir las riendas de nuestras vidas, sin importar nada, ni siquiera la edad. Este fue otro gran paradigma que nos robó vida, "a esta edad no, porque ya no tengo tiempo", y tantas otras afirmaciones derrotistas que hemos escuchado por ahí, cuando lo más importante es estar vivo, tener salud y que con solo eso siempre tienes oportunidad para desaprender y volver a aprender, de soltar todo lo que tanto daño te hace y darte el permiso de ir tras tu pasión y lo que amas, ya que a eso viniste a ocuparte de ser feliz.

Recuerda primero revisar contigo mismo si lo que quieres hacer o lo que crees que te apasiona realmente es tuyo, te nace, lo sientes o es adquirido por presión social o familiar, luego que ya estas claro que eso es lo que te da cosquillitas en el estómago y te hace sentir bien, debes trabajarlo tú y solo tú, no puedes permitir que los demás opinen y den sus puntos de vista porque ahí te haces vulnerable a lo que ellos digan y eso te roba tu unipersonalidad.

Esta primera característica es una de las más importantes porque es donde está el trabajo más arduo, debes hacerlo como individuo, que nada ni nadie puede intervenir y una vez que eso ya esté claro y definido, y que ya tu vida esté en paz y seas feliz siendo como eres sin importar lo que los otros digan de ti, entonces estarás listo para compartir con la humanidad tus dones, tus luces, e incluso, tus oscuridades.

Y nunca olvides que eres el ser más importante en tu vida. "A través de esto pude descubrir mi verdadera pasión. Sí, al principio no entendía nada pero me di el permiso de abrazarme y darme cuenta cuál era mi propósito en esta encarnación, y cuando sentí que yo NO había nacido para ser contador público sino para ser comunicadora fue increíble, porque eso estaba tan oculto y tapado en mí que no solo no me había dado cuenta que me encantaba la radio, la televisión, los talleres y el contacto con la gente, sino que era algo totalmente nuevo y desconocido para mí, y eso también fue excelente porque nací a un mundo apasionante sin ningún tipo de lastre, es decir, no estaba condicionada a nada y cuando me atreví a experimentar ese nuevo mundo fue algo tan excitante e increíble que todavía hay veces que no lo puedo creer".

"...Cuando descubro mi pasión, tenía más de 40 años de edad, con unos kilos de más y rompí el paradigma de la televisión hecha solo para mujeres hermosas y con cuerpos perfectos, y por supuesto como todo, en esos medios hay gente que te ama y otras que no te quieren para nada, pero para que esas personas me pudieran hacer algo, solo yo debía darles mi atención cosa que nunca hice porque no tenía tiempo que perder, estaba demasiado feliz haciendo todo lo que