La novela se desarrolla en dos planos: una historia de espionaje con tono satírico y un peculiar diálogo del autor con los personajes, al modo pirandelliano, que utiliza para reflexionar acerca de la creación literaria y del libre albedrío del escritor para manejar a su antojo la trama. También se plantea la libertad que adquieren los personajes cuando se escapan de la voluntad de su creador y siguen caminos insospechados. Las notas a pie de página completan, mediante un juego de provocación al lector, esa parte distanciadora de la acción principal.Esteban Blázquez (antes Joaquín Garrido) y su compañera Isabel Miranda (antes Ma Teresa Fernández Lucio) viven semiclandestinamente en Chile después de verse obligados a cambiar de identidad, tras los sucesos relatados en La conjura de los griegos, escrito (en la ficción) por Joaquín / Esteban.Isabel pregunta a Esteban si le gustaría saber lo que ha sucedido con las personas que conocieron en Grecia, cuando participaron en la Restauración de la Monarquía con Sofía, a lo que el escritor contesta que no hay forma de saber lo que fue de ellos. Isabel le propone que escriba una novela con dichos personajes, ya que, trasladados al mundo de la ficción en La Conjura de los Griegos, sus vidas habrán continuado en él: volviendo a escribir sobre ellos, se sabrá qué les ha sucedido.La acción propia de la novela de intriga sucede casi totalmente en París el 2020, en un momento en el que, para rebajar las tensiones en Oriente Medio, se ha decidido construir una obra faraónica, por la que se generarán ingentes cantidades de energía y la posibilidad de irrigación de grandes zonas desérticas, aprovechando el desnivel entre el Mediterráneo y el Mar Muerto.Tres consorcios internacionales, Rusia, Países del Golfo y China, compiten para llevar a cabo la obra. Días antes de la presentación de las ofertas, desaparecen los representantes de los consorcios del Golfo y chino. Comienzan acusaciones mutuas, y los Servicios Secretos de varios países empiezan a moverse para descubrir lo ocurrido e intentar restablecer el equilibrio (naturalmente son los personajes que ya conocemos de la novela anterior: la anciana rusa María Petrova, la agnóstica agente del Mossad Esther, el Padre Ambrosio de los Servicios del Vaticano, el comisario Dupont, el anacrónico agente de la CIA Brown...).La investigación, que al principio parece llevar a motivos de índole política o económica, se complica al cruzase el inspector Dupont con la organización de Madame Chou, proxeneta de lujo parisina de origen vietnamita.