Tantas tardes de domingo descifrando mensajes escondidos que, en retrospectiva, no tenían absolutamente nada de ambiguos...
En este libro inspirador, perspicaz y divertido, Cecilia narra su notable viaje y comparte lo que aprendió en el camino. A lo largo de la última década, la telefonía con todas sus variantes, botellas de vino, y en algunos casos, cajas de kleenex, han sido testigos de muchas tardes de domingo tratando de descifrar mensajes escondidos, que en retrospectiva no tenían absolutamente nada de ambiguos.
Fábulas Urbanas revela con franqueza refrescantes lecciones, errores y momentos memorables, pero a la vez muy ciertos, con los que uno, a través de sus personajes, fácilmente puede identificarse y darse cuenta que para poder ver el camino, hay que perderle miedo a tener limpio el parabrisas.
Este compendio está destinado a convertirse en la guía de lectura para una nueva generación, mostrándole mediante estas fábulas urbanas contenidas en típicas nociones, de manera jocosa, que lo único prohibido es dejar de ser fiel a uno mismo.
Al final del día, el libro tiene un simple mensaje, que si bien en el pasado sufrimos, hoy airosos sobrevivimos. Al fin de cuentas, uno termina más que molesto, decepcionado del miedo. Tantos años juntos, tantos llantos y tantas historias, para este sea un tan mal amigo. No solo egoísta, sino también cobarde, ya que, temeroso de que uno lo vaya a abandonar, nos ha dado los peores consejos para que no nos podamos liberar.
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