La Religión Única fluye en los corazones de los hombres y la Corriente de Luz vierte sus rayos en el suelo de la naturaleza humana. El análisis de una religión es, por lo tanto, un análisis de la humanidad. Cada gran religión tiene expresiones tan múltiples como las mentes y los corazones de sus seguidores. La manifestación de su verdad en la vida y las palabras de un gran sabio debe diferir ampliamente del débil reflejo de su luz que es todo lo que el intelecto embotado y la vida sucia del ignorante e inmoral pueden expresar. Es verdad que su luz y vida son gratuitas para todos; pero como hay grados de almas, todas en diferentes etapas de evolución, ¿cómo puede ser que todas puedan reflejar igualmente esa luz? ¡Qué imprudente es entonces comparar las opiniones más ilustradas de un grupo de religiosos con las creencias más ignorantes y las prácticas más supersticiosas de otro grupo! Y, sin embargo, este es un pasatiempo muy favorito entre aquellos que buscan gratificarse a sí mismos con la persuasión de que su propia fe es superior a la de cualquier otra criatura. Este método nunca nos conducirá a la comprensión de la verdadera Religión ni a la comprensión de nuestro hermano el hombre. Analice cualquiera de las grandes religiones, y encontrará los mismos factores en juego, los mismos problemas de la imperfección humana para ser estudiados, los muchos que son "llamados" y los pocos que son "elegidos", hay en cada religión, como hay alguna vez ha habido, "muchos portadores de Thyrsus pero pocos Bacchi". Comparar los Bacchi de una religión con los portadores de Thyrus de otra es una mera tontería. Todos los hindúes, por ejemplo, no son ignorantes adoradores de ídolos y todos los cristianos fervientes imitadores de Cristo. Si comparamos los dos en absoluto, pongamos la adoración de imágenes de la Iglesia romana o el culto de eikon de la Iglesia griega al lado de la adoración de Brahma de cuatro caras y el resto de las figuras del panteón; pero si queremos encontrar el paralelo adecuado a la vida santa y la mejor teología de la cristiandad, entonces debemos ir a la mejor teología y las vidas más santas entre los brahmanes. Entonces, si analizamos una religión, encontramos que la gente más baja sabe poco de ella y se aferra desesperadamente a muchos conceptos erróneos y supersticiones, y que de esta parodia de lo que realmente es, se eleva grado tras grado de inteligencia superior y menos errónea. expresión de ella, hasta llegar a esa clase de almas que conscientemente buscan acoger la luz en toda su plenitud y hacer de ella el único objeto de sus vidas. Es dentro de esta clase de mentes que debemos buscar la verdadera naturaleza de una religión. Aquí entonces esperamos encontrar los verdaderos puntos de contacto entre la religión y sus creencias hermanas, y aquí sentimos la presencia del glorioso Sol Espiritual, el padre de todos los Rayos de Luz derramados en el mundo. Ahora bien, de todas las grandes religiones, ninguna puede ser de mayor interés para cualquier estudiante de la ciencia comparativa de la religión en Occidente que la fe cristiana. Lo presiona a cada paso; es un problema del que no puede escapar. Está asombrado por la ignorancia general de todo lo relacionado con su historia y orígenes. Cuán pocos son los que alguna vez han estudiado realmente el tema, fuera del grupo comparativamente pequeño de eruditos cuya profesión es ocuparse de tales investigaciones e incluso entre ellos, cuán pocos han arrojado alguna luz real sobre el tema. a pesar de su admirable laboriosidad. De hecho, es difícil para cualquiera que posea las ideas que hemos tratado de expresar arriba, lleno de entusiasmo por la unidad de la religión y con una fe viva en la naturaleza verdaderamente universal de la enseñanza de Cristo, obtener mucha ayuda real de los estudios de ya sean racionalistas o apologistas.