Cuando consideramos el nivel de la escucha de Dios, es decir, por ejemplo, consideramos los órganos de la audición de Dios, entonces primero vemos en este caso, que nos ocupamos de lo que está más cerca del hombre en la fase de percepción.
Bueno, por ejemplo, si consideramos la visión de Dios, entonces Dios está viendo, y Él es a la vez omnisciente y omnipresente. Entonces, es un nivel macro, a la vez el nivel y la escala macro de la acción de Dios. Cuando consideramos el nivel de la escucha de Dios, en general, este es un sistema, que contrasta bastante para la percepción humana, que se expresa en el hecho que es posible escuchar algo con un órgano físico y, en principio, escuchar algo de alguna parte.
Y, cuando, por ejemplo, establecemos las tareas para considerar precisamente la escucha de Dios, entonces, primero, debemos considerar los parámetros de la audición de Dios es decir, lo que Él escucha desde el punto de vista humano. El hecho es comprensible, que existe el sonido del mar y el follaje. Pero, después de todo, Dios, que crea la realidad, escucha algo más, que lo abarca todo y, que es más generalizado en la audición, ¿no es así? Y cuando podemos expandir este sistema de conocimiento al hombre, entonces por analogía una persona puede, por ejemplo, escuchar alguna cascada distante, que no está cerca de él, cierto?.., pero puede escuchar esta cascada. La técnica de esta propagación consiste en el hecho que expresa, la idea de Dios, que una distancia es distancia, lo que significa que desarrolla la audición en la dirección de la percepción de Dios de y en algunos procesos.
Entonces, la palabra de Dios significa en primer lugar escuchar la presencia de Dios allí. Dios siempre está ahí, donde hay un proceso; e incluso donde Él tampoco está presente. Significa que la audición es una característica de separación, que podemos relacionarnos tanto con Dios como con el hombre al mismo tiempo. Y cuando comenzamos a implementar esto para los propósitos de control práctico, podemos decir que es suficiente escuchar un nivel positivo de un evento o una llamada positiva de un evento, es decir, una palabra como "una llamada del evento" es aplicable, y luego obtenemos el control logrado.
Por lo tanto, por analogía con Dios, el hombre puede escuchar exactamente el llamado de un evento, llamando a la implementación positiva de los hechos: llamando con una palabra o un sonido, ¿verdad? o con el sonido de la vibración del nivel, que corresponde al nivel del Alma humana.
Es decir, si consideramos la escucha de Dios, es decir, actuar por analogía con la audición de Dios en la acción de controlar un evento, trabajamos inmediatamente con el Alma.
Y, de hecho, originalmente había una palabra, por lo tanto, la palabra fue percibida por el Alma. Y cuando una palabra es percibida por el Alma, podemos decir que el Alma de Dios se manifiesta en la palabra. La palabra, que implementa la construcción creativa, es la plenitud del Alma de Dios.