Skye Runner era una ratera vulgar.
Una criminal de los suburbios.
Una Omega que lucha por sobrevivir.
A costa de los demás. Cual parásito.
Pero cometió un grave error. El peor.
Intentó robarme a mí. El Rey. El Alfa.
El gobernador de la ciudad.
El líder del círculo de Betas.
La capturé en persona. Se arrodilló.
Se arrastró. Suplicó. Y la ignoré.
Iba a convertirla en un ejemplo.
Iba a encerrarla y transformarla...
... Moldearla y esculpirla a mi gusto.
Pero va a ser contra su voluntad.
Va a ser doloroso. Y va a suplicar piedad.
Que por supuesto, no va a tener.
Inicialmente tenía pensado venderla.
Una esclava sexual, doméstica o laboral.
Es el destino de la mayoría de Omegas.
Propiedad de Betas y Alfas. Pero...
¿Y si conseguía esculpirla de forma perfecta?
¿Y si podía hacerla mi esclava particular?
¿Cuánto tiempo aguantará en el cuarto oscuro?
¿Haré que todo lo que desee sea servirme?