Entre clérigos y diablos o El Encapuchado es una obra teatral del célebre escritor español José Zorrilla. Ambientada en el Burgos del siglo XV, durante el reinado de los Reyes Católicos, la obra se sumerge en uno de los rasgos más característicos del romanticismo: la exploración y la nostalgia del pasado nacional.
La obra está dividida en tres jugadas, una estructura que evoca tanto el juego como el drama. Zorrilla dedica esta obra a Don Julián García, un prebendado de la Catedral de Burgos, y en la dedicatoria revela la naturaleza personal y emocional que rodea su escritura. Regresando a España después de veinte años de ausencia, el autor expresa su gratitud por poder morir en su tierra natal y entre su gente.
Zorrilla presenta la obra como un juguete, un entretenimiento ligero para el público, aunque no exento de seriedad y de reflexión. En su dedicatoria, el autor también aborda las circunstancias que rodean la producción de la obra, incluidas las limitaciones de tiempo y las consideraciones políticas que le llevaron a cambiar el título y el contenido del tercer acto. Además, rechaza cualquier interpretación que atribuya intenciones políticas a su obra, y subraya su aversión por la política.
Uno de los aspectos más interesantes de la obra es su enfoque en los conflictos morales y éticos que surgen entre clérigos y diablos, una metáfora que abarca tanto el ámbito espiritual como el terrenal. La elección del título revela la ambigüedad inherente a los personajes y a las situaciones que retrata, situando la obra en un contexto más amplio de tensiones sociales, éticas y espirituales.
La obra también destaca por su aprecio por la estética y la historia españolas, algo que se refleja en su ambientación en el Burgos del siglo XV y en su alusión a figuras históricas como los Reyes Católicos. En este sentido, Entre Clérigos y Diablos no solo es una obra de teatro, sino también un documento que captura la esencia de una época y de un sentimiento nacional.
Entre clérigos y diablos o El Encapuchado es una obra compleja y multifacética que aborda temas de moralidad, historia y identidad nacional. Aunque Zorrilla la considera una obra incorrecta e incompleta, su riqueza temática y su profunda conexión con las preocupaciones sociales y espirituales de su tiempo la convierten en una pieza valiosa, tanto en el contexto del teatro español como en el estudio más amplio del romanticismo y la cultura española.