Si tuviese que describir en una palabra la palabra amor, sería dios, si pudiera decir que es el amor; nombraría a cada miembro de mi familia, en mi vida; dios, mi madre, mis abuelos, mis hermanos, amigos, de cada persona que me hace sentir única, importante y amada, de la cuál recibo más que palabras, las cuales me regalan momentos que se guardan en cada capítulo de mi vida. Hoy es un día muy especial para mí, uno de mis más grandes sueños está plasmado en estas hojas, siempre he sido una persona con una sonrisa en el rostro y muy sentimental, agradecida toda la vida, por el tiempo que dios me ha dejado en este mundo, ahora quiero dar las gracias a quienes me ayudaron a cumplir un logro más. En primer lugar, este libro se lo quiero dedicar a mi abuela, la mujer más fuerte que han visto mis ojos, cada que me cuenta como crecí a su lado me dan unas ganas enormes de llorar, sus palabras llegan a mi corazón y me hacen sentir cuán grande es su amor por mí, cada que es mi cumpleaños me recuerda que los médicos decían que yo no llegaría a los cuatro meses, se ríe y me dice -y mira cuantos años ya tienes aquí. Las palabras suelen ser fuertes y llenas de vida, pero también, hirientes. Cuando ella cuenta mi historia se me cierra la garganta y prefiero que no siga, por eso, 10 -¿Entonces qué somos? sé que al escribir esta historia llegaré al corazón de cada lector. A mi madre, ha sido una guerrera, la he visto llorar, levantarse, luchar por un mejor futuro. Ella es mi motor, me enseñó a valerme por mi misma, a no depender de alguien más para lograr lo que quiero, a ser independiente y seguir mis sueños, es mi cómplice en cada locura que me viene a la cabeza y ella me dice. -Hazlo. Jamás ha dejado de creer en mí, cuándo le dije que quería hacer un posgrado en creación literaria, me dijo. -Yo te echo la mano mija. Por último, a la personita que tengo en el cielo y guarda mi corazón eternamente, un día nos volveremos a ver. A mis tíos, primos, hermanos, amigos que me han impulsado en cada meta, que me han prestado su hombro para llorar y sus abrazos para sentirme segura, los quiero con todo mi ser, me siento la mujer más dichosa del mundo por la vida que me ha tocado, sin lujos, pero con mucho amor. Un día me preguntaron si era feliz, mi respuesta es; sí, mi felicidad son momentos, son personas, son el diario de mi vida, mi felicidad es hoy, mi felicidad es poder tener brazos para abrazar, ojos para ver todo lo hermoso de la vida y naturaleza, mi felicidad es tener labios para besar, un alma para sentir, un corazón para amar y dos manos para escribir.