Vivimos en un mundo cambiante y acelerado, que nos quiere absorber con sus avances tecnológicos y nos quiere presentar una vida distinta a la que Dios nos ordena, un mundo que cuando habla de victorias se refiere a tener una vida llena de dinero o tener un nombre reconocido para ser famoso. Han asociado la palabra victoria con éxito de una mala manera y han corrompido el lenguaje de su esencia. Nos han educado desde las escuelas, que debes formarte como un profesional para ser alguien en la vida y han captado tu atención en los medios de comunicación presentándote una imagen de lo que pudieras ser si te entregas por completo al trabajo y así ignorar las verdades más poderosas de vivir una Vida en Victoria.Sencillamente la palabra victoria es el medio para obtener el triunfo, pero si ese medio está corrompido o desligado de los más importantes momentos de tu vida en tu hogar, con tu familia, estás yendo en dirección contraria al mismo y pudieras disfrutar de una victoria temporal teniendo dinero, pero al final el triunfo conquistado es uno que se desvanece, uno del cual será recordado con lástima, de aquel que gastó su vida en tantas cosas pasajeras y no se enfocó en invertir en las cosas eternas, como son los principios, la moral y la educación.En victoria siempre es un lenguaje que nace desde el corazón y con las más fuertes convicciones en la fe puesta en Dios, aunque existan días nublados el sol vuelve a brillar, aunque no haya alimentos en la despensa, mañana se llenarán, aunque no tengas un billete para invertir, te alcanzará la prosperidad, porque, si la victoria es el medio hacia el triunfo, ese medio debe ser llamado fe, donde ya creemos que todo está hecho y que siempre vamos a ser bendecidos y cuando vengan los procesos levantaremos el pulgar arriba y diremos: EN VICTORIA SIEMPRE, porque allí también estamos siendo educados espiritual, emocional y físicamente para vivir una vida desde la visión de Dios y no de la nuestra.Cuando Jesús dijo sus últimas palabras en la cruz de Calvario, desde ese día hasta ahora, no hay otra cosa que decir sino que estamos en VICTORIA, ninguna circunstancia podrá cambiar este escenario de conquista y todo lo que era contrario para vergüenza nuestra, fue clavado en ese madero, así que no hay otro lenguaje que pueda desmentir la verdad que está por encima de todas las realidades, estamos en victoria porque es una orden del cielo y el destino de aquellos que creen que el poder de la cruz y de la resurrección de Jesús, es suficiente para caminar exitosamente.Espero que las experiencias que he tenido, las que he plasmado en este libro puedan ayudarte a ver la vida, desde los ojos de Dios, quien estará siempre interesado en tu crecimiento integral y es el primero que desea verte próspero en toda la amplitud de esta palabra, en tus áreas físicas y mayormente en tu área espiritual. Abre tu corazón y deja que el dulce Espíritu Santo te toque mientras lees y creas que toda tu historia ya está previamente escrita y en las mejores manos, en las manos de Dios.