¿Se es la misma persona toda la vida? ¿Es posible conocerse a sí mismo, cambiar el pasado o envejecer mejor? ¿Se puede vivir de otro modo? ¿Se aprende a amar, a valorar el silencio, la contemplación y el sueño? ¿Se puede ver lo invisible y hacer lo imposible? Guitarrista clásico, artista integral, humanista y asesor en desarrollo cultural y humano, con mucho ingenio y originalidad, William Orbaugh ha venido reflexionando y escribiendo en ágil y amena prosa, sobre éstos y muchos otros temas, cada miércoles en el Diario de mayor circulación en Centroamérica, desde el 2013 a la fecha. "EN QUÉ ESTABA PENSANDO" contiene una selección de sus artículos más valiosos y oportunos, brindando en cada uno de ellos, un giro inesperado, un dato curioso, una síntesis contundente. Ocurrente y optimista incurable, el autor encuentra la manera de ampliar los contextos, ver el lado positivo de las cosas y alentarnos a enfrentar la adversidad y demás retos de la vida con positividad y esperanza.Un artículo de muestra: QUÉ SE SIENTE BIEN Y QUÉ SE SIENTE MALFuerzas opuestas en su interiorSupongamos que últimamente se ha sentido mal, le cuesta agacharse y levantarse, se sofoca fácilmente, tiene problemas gástricos, a veces hasta le duele el pecho y siente que ya no rinde como antes. Se hace exámenes y le detectan sobrepeso, altos niveles de colesterol y una condición física en franco deterioro.¿Cómo llegó a ese estado? Ha llevado una vida normal, sin rigores pero sin excesos, así que asume que ha de ser la edad y el stress que empiezan a pasar factura.Le recomiendan hacer ejercicio aeróbico, flexiones abdominales y pesas, que coma con medida y menos grasas, que deje de fumar y le baje a las cervezas.Y aquí viene el punto: se siente mal, pero empezar a hacer ejercicio y dieta se siente horrible: amanece tieso, le duelen las piernas, las rodillas y cintura, le cuesta un triunfo salir a trotar al otro día, pasa hambre, dejar de fumar es un suplicio y se muere por un postre o una cerveza.¿Qué le pasa? Su condición está mal, pero el proceso para mejorar parece una tortura. Sólo lo impulsan su fuerza de voluntad y quizás el temor a la muerte, pero la paradójica realidad es que: el proceso de mejorar cuando se está mal, no es agradable, no se siente bien.Pasa el tiempo y digamos que ya lleva meses portándose bien y su estado físico ha mejorado, pero un buen día pueden más la pereza y el mal clima y no sale a correr, o se rinde ante frituras y delicias, o se fuma un cigarrito, se pasa de chelas. Esto se repite, se suma y gradualmente vuelve a ser más indulgente. ¿Sabe por qué?: porque es agradable y se siente bien. Qué rico dejar de correr y hacer pesas y que no le duelan los músculos, comer postres, volver a fumar. Paradójicamente, cuando se está bien, dejarse estar y deteriorarse, es agradable y se siente bien. Pasa que esa sensación placentera, está asociada a profundos mecanismos de autodestrucción en su organismo. En cada uno de nosotros coexisten dos lados de una misma naturaleza: uno que procura su supervivencia y uno que promueve su muerte. Continuaré.