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La Empatía: Su ausencia en el mundo - ¡Exclusivo en Amazon!
¿Qué es realmente ser una persona Empática?, ¿Realmente es solo entender a los demás?, ¿Por qué se nota tanto su ausencia?, ¿Qué gana uno siendo Empático?
Mi experiencia laboral en el área de la salud como asistenta de cuidados para Adultos Mayores, niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA) y pacientes Psiquiátricos, me permitieron conocer a maravillosas personas, las cuales me enseñaron verdaderas lecciones de vida para lograr mi desarrollo personal.
Para lograr ser una persona empática, es necesario formar a nuestra persona con ciertas características como el saber escuchar, el poder comprender al otro, identificarse con el otro, ser solidarios y ser respetuosos. Parece fácil decirlo, pero ponerlo en práctica es el verdadero reto para muchas personas en este mundo.
Es necesario tener una actitud afectiva y comprensiva ante la sociedad, especialmente cuando se trata de un paciente en una situación grave o terminal, ya que nosotros, los asistentes personales, cumplimos un rol muy importante en sus vidas, buscando lo mejor para el mismo, así como la madre de un niño, con prioridades, busca y hace lo posible para el bienestar de su hijo. No siempre tuve pacientes fáciles, pero no fueron excusas para dejar de ser quien soy y dejar de darles el trato que se merecen como seres humanos.
Cuando se trata de pacientes parapléjicos, la atención profesional que se le brinda tiene que tener más afinidad de lo habitual, ya que tratas con personas que no pueden expresarse, más que con una mirada de angustia y sufrimiento. Aquí es donde influye aún más la empatía, las actitudes que tomamos, definen quienes somos realmente, y por eso en estos casos, se observa cuando alguien trabaja por necesidad o por vocación.
Siempre tratamos de darle al paciente la mejor calidad de vida que se le pueda ofrecer, incluso si sus días ya están contados, merecen tener a alguien que los escuchen, que les hablen, que los comprendan y que los ayuden en todo lo posible, de esta forma, no solo ellos quedan a gusto y con una gran tranquilidad, sino también sus familiares, personas que también sufren mucho por la situación del paciente. Hay que tener empatía con los familiares, informarles el día a día del paciente, sus progresos o los problemas que puedan llegar a surgir con los mismos.
Muchos pacientes, en su mayoría, personas de avanzada edad, con alguna enfermedad o patología, que lamentablemente en algunos casos no tienen solución, no cuentan con familiares vivos, o amigos cercanos con los que puedan contar. Si tú pudieras estar en el lugar de esta persona, ¿No te haría feliz, tener a alguien a tu lado, que comparta esos momentos difíciles, y que esté ahí para lo que necesites?.
Realmente como asistentes, nos volvemos esas personas importantes, esas personas especiales, las cual los ayudan a salir adelante en una de las etapas más difíciles de sus vidas.
Pero, ¿Qué obtenía yo como recompensa, además del agradecimiento de mis pacientes y sus familiares?, nada más que la satisfacción de una recuperación exitosa, el haber podido ayudar a un paciente a salir de su dolorosa situación y que vuelva sano y salvo a casa junto a sus seres queridos, significa mucho para mí. Desde pequeña siempre quise entrar a trabajar en el área de la salud para ayudar a los demás con mi trabajo, al cumplir con mi objetivo, siento una gran satisfacción y alegría por cada paciente al cual pude ayudar a conseguir una recuperación exitosa. Estos recuerdos quedan grabados en mi mente, al igual que cada experiencia que llevo conmigo. A veces lo más importante no es el amor que damos, sino el amor por lo que hacemos al dar y ayudar a los demás.
La empatía en las personas, realmente puede llegar a cambiar al mundo.