La elección por la virtud es una obra teatral de Tirso de Molina que trata sobre la vida del Papa Sixto V, pero lo hace a través de una lente muy particular: el conflicto amoroso entre las hermanas de Sixto y otros personajes. La obra fue objeto de críticas considerables por parte de la Iglesia española, probablemente debido a su representación poco convencional de la vida religiosa y monástica.
El drama se centra en la figura de Sixto V, quien tuvo una vida notable, llena de ascensos desde su origen humilde hasta llegar a ser Papa. La obra es un homenaje a este líder religioso, destacando su capacidad para reformar el clero y resolver conflictos en los Estados Pontificios con una política severa y pragmática.
Lo que distingue a esta obra es su enfoque en la vida privada y las tensiones emocionales que rodean al Papa y su familia, ofreciendo así una visión más humana y accesible de un personaje históricamente reverenciado. Tirso de Molina utiliza estos elementos para explorar temas más amplios como la virtud, la piedad y las complejidades de la vida religiosa.
En el primer acto, la interacción entre Sixto y su padre, Pereto, establece el tono de la obra, mostrando la devoción filial de Sixto y su profunda comprensión de la importancia de la piedad y el respeto hacia los padres. Este diálogo inicial entre padre e hijo también sirve para destacar la humildad de Sixto, un rasgo que lo acompañará a lo largo de su ascenso al papado.
Aunque la obra se centra en una figura religiosa de alta estima, no evita los aspectos más controvertidos de la vida monástica y eclesiástica, lo que probablemente fue la causa de las críticas que recibió. Tirso de Molina desafía las nociones convencionales de santidad y virtud, presentando a personajes que son profundamente humanos, con todas las complejidades y contradicciones que eso implica.
La elección por la virtud es una obra rica en matices que ofrece una visión íntima de un personaje histórico a menudo idealizado. Al mismo tiempo, plantea preguntas provocadoras sobre la naturaleza de la virtud y la vida religiosa. A pesar de las críticas que recibió, la obra sigue siendo un testimonio fascinante de la habilidad de Tirso de Molina para combinar drama histórico con exploración de temas morales y espirituales.
