SINOPSISA principios del siglo XVIII, Felipe Díaz de Argul, marcha desde Asturias a Madrid para iniciarse en el oficio de la escultura en el taller de Juan Alonso de Villabrille y Ron, afamado escultor barroco, alcanzando tras cinco años la condición de maestro. Pronto destaca por su creatividad, capacidad técnica e ideas de cambio, reivindicando la dignidad intelectual, la firma del autor, la persecución de los robos de imágenes y la falsificación de autoría, sin dejar de defender apasionadamente el papel del maestro ni de dudar de los nuevos métodos de enseñanza que se esperaban de una futura Academia de las Artes.
Tras completar su formación en Sevilla y retornar a Madrid, es llamado a la capital andaluza por el conde de Miraflores para realizar un informe sobre unas tallas de santa Ana y san Joaquín, pero queda sorprendido por cuanto ve, que considera un fraude. Una vez en Madrid, inicia una investigación tanto por los numerosos robos de imágenes que se están produciendo como la falsificación de autorías.
Su gran técnica, originalidad e impresionantes tallas lo convierten pronto en un personaje imprescindible en el mundo de la imaginería religiosa barroca evolucionada, pero su activo protagonismo en las tertulias de escultores, con constantes denuncias por hurtos y alteraciones de autorías, le convierten en alguien incómodo para muchos. Como consecuencia de su empecinamiento, comienza a ser acosado y a recibir anónimos amenazadores que hacen insoportable su vida, desembocando en una situación no deseada.
SOBRE AL AUTORManuel Díaz-Rubio es médico, Catedrático Emérito de Medicina de la Universidad Complutense, Académico y Presidente de Honor de la Real Academia Nacional de Medicina de España. Es autor de numerosas publicaciones científicas y libros, entre ellos Los síntomas que todos padecemos (2014), Algunos hitos de la autoexperimentación en medicina (2017), Antología biográfica de médicos españoles del siglo XX (2018), El retorno de Pedro (2019), Cinco doblones de oro (2020) y Mela (2020).
NOTA DEL AUTOR
Sirva pues esta novela de ficción histórica como modesto homenaje de recuerdo al maestro escultor Juan Alonso de Villabrille y Ron, también conocido como Juan Ron, nacido en Argul en 1663, que desarrolló su arte con taller propio en Madrid. De su extenso magisterio, cada día mejor conocido, destacan entre su multitud de obras, tanto en madera como en piedra, la Cabeza degollada de San Pablo (1707, actualmente en el Museo Nacional de Escultura de Valladolid), Nuestra Señora de la Asunción, San Joaquín y San Francisco de Asís (1715, para el Palacio del Elsedo, hoy en la Iglesia de los Padres Escolapios en Villacarriedo), San Juan Bautista (1718, retablo mayor de la Catedral de Badajoz), Santa María de la Cabeza y San Isidro Labrador (1723, Puente de Toledo de Madrid), San Fernando (1726, Puerta del Hospicio de Madrid, hoy Museo Municipal de Madrid), Ecce Homo (1726, Monasterio de las Huelgas de Valladolid), o La Cena, El Prendimiento, El Descendimiento (1727, Parroquia de San María de San Sebastián).