Enmanuel Peralta este año ha empezado con ímpetu y fuerza con una puesta en escena de arte total: "El Casamiento del Diablo" donde debuta no solo como director y escritor sino también como actor, junto a la actriz española Luisa Aguado, bajo la producción del dominicano Eduardo Luna y el Venezolano Larry Villalobos. Fue un bum el dar a luz este pequeña obra, pero basta en términos literarios, psicológicos y filosóficos. Lo digo, porque he presenciado todas sus obras teatrales y las que no, las he leído; su novela El Buen Ladrón, sus cuentos y esta gran obra "El Casamiento del Diablo" que acaba de lanzarse en formato de libro. Que por cierto esta última es la que voy a prologar, ¡o la estoy prolongado! Pero no sin antes tratar de explicar el fenómeno del singular teatro de Enmanuel Peralta, su Realismo Psicológico, y su oculto misticismo, su poesía, y su apologética contra el pensamiento posmodernista. Sus andanzas por la filosofia, la teologia y las Bellas Artes, es una continua búsqueda de explicación de la realidad y la existencia del mal, cuestión vital que a Enmanuel Peralta le atormenta. Es un continuo discutir contra el postulado de Rousseau: "Todo hombre es bueno por naturaleza", tirando patadas desde todos los ángulos para demostrar, la degeneración fatal del ser humano. No tirando patadas al aire, sino aterrizado, hasta con nombre y apellido, con plena intención de golpear a Rousseau en la cara, o mejor decir a los Roussonianos, que-según Peralta- actualmente son la mitad del mundo sin que lo sepan muchos. ¿Cómo Peralta lo hace? Oh, no es muy sencillo, pero con su genio, todo ese problema se le va aclarando cada vez más con sus obras, se trata de su personalidad de fuego, su pacífica intensidad, permanente en su vocación de hierro para escribir historias y toma de sí mismo múltiples personajes y los va transformando en personajes de los cuales no puede prescindir hasta que lo plasma en un papel o lo lleva a una sala teatral. Y de esa vitalidad entonces es que nacen sus obras; y por supuesto: El Casamiento Del Diablo. La cual Soberbiamente dirige y actúa, tallando de paso su estética, con un recorrido de todos los géneros musicales y del baile desde la música clásica hasta el hip hop incorporado en la banda sonora con mezcla del ingeniero en sonido Marino Batista. Uno de los puntos de enfoques de las obras de Peralta es el matrimonio, y no el matrimonio idílico de los cuentos de Hadas. Dentro de este pequeño texto, Enmanuel Peralta sin perder el hilo del drama, estalla y escupe contra mil problemas del hombre y la mujer de hoy. Problemas de los cuales él mismo también es parte, y estalla de la única manera que él lo sabe hacer: arremetiendo contra todo error del pensamiento sensual y vacilante del mundo postmoderno; su vida y sus obras se tratan de encontrar las aristas del fracaso humano y las consecuencia del mal de las parejas desgraciadas. Sin hacer descripciones exorbitantes, ni exagerada, entra profundamente en el alma de sus personajes, discurre y se asienta sobre sus mentes, y se despliega a través de múltiples acciones contradictorias, díscolas, se enredan, se retuercen y hasta se matan o sobreviven casi al borde de milagros. Para comprender El Casamiento Del Diablo, hay que pretender entender el complejo y profundo catolicismo un poco retrógrado de Enmanuel, desde su aferración desinteresada por los dogmas se explica todo, pero jamás los nombra o los toca en sus temas, es paradojal, y lo se por mis largas conversaciones o mejor decir discusiones con él. El horror que Peralta siente por el Matrimonio es igual o proporcional a la reverencia que le tiene al tema por la condición sacramental. "El matrimonio es sagrado", dice Enmanuel, y en realidad lo único que ha hecho es estropear la sacralidad del matrimonio que él profesa, con varios de sus amancebamientos que lleva en su cargada y atormentada conciencia, que, para él es un error, horror y te