Términos como Globalización, Nuevo Orden Mundial o Neoliberalismo se cuelan con frecuencia en noticiarios, crónicas televisivas y artículos periodísticos. Son vocablos utilizados en los discursos grandilocuentes de la mayoría de mandatarios de todos los países cuando disertan en los foros internacionales, discursos que admiran a muchos y dejan indiferentes a la gran mayoría que ni siquiera les prestan atención, más interesados en noticias de resonancia mundial, o que les afectan en un plano inmediato, o que recogen novedades sobre su equipo de futbol o sus estrellas favoritas del cine o la música. Pero son muchos los que no reparan en que esos conceptos, Globalización o Nuevo Orden Mundial tienen un significado para las élites que los promueven (la gran banca internacional y los depredadores financieros) y otro muy distinto para la gente de a pie, la gran mayoría del género humano, que es para quienes fueron concebidos. Sin embargo esos términos guardan una relación muy estrecha con las crisis de todo género que sacuden en la actualidad y desde hace décadas a la población mundial. Tienen que ver con las crisis económicas, sociales, militares, medioambientales, y geopolíticas; con las relaciones familiares y entre individuos, con la decadencia de los valores tradicionales y culturales admitidos secularmente hasta hoy. Esos conceptos, que han sido diseñados y manejados por los que en la sombra detentan el auténtico poder mundial, parapetados tras su aparente insustancialidad encierran la mayor y más real amenaza para la sociedad en todos los países y pretenden arrebatarnos las conquistas sociales del último siglo, despojarnos de la libertad y el estado de bienestar que tanto costó conseguir y retrotraernos a etapas históricas superadas generaciones atrás. Para conseguir sus propósitos sin ser estorbados las élites han practicado durante muchas décadas la estrategia de la distracción, el "panem et circenses" que ya empleaban los emperadores romanos para tener a raya a sus masas. Pero por la inercia de su propia eficiencia o por que ya han alcanzado las últimas fases de su organigrama el "panem" está ya desapareciendo de su metodología, embaucándonos tan solo con el "circenses," y esto ya veremos por cuanto tiempo aun. Diálogos con Belial es un trabajo de divulgación, no trata de sentar cátedra ni de presentar soluciones milagrosas a los problemas que están arrinconando a la sociedad; pretende tan solo ordenar algunos conceptos para hacer accesible de forma sencilla a la gente de a pie la naturaleza de la calamidad que gravita sobre nosotros, y que al menos la tormenta no nos coja dormidos. Ojalá lo consigamos.