Y em lo ultimo cuarto de vida de la vida que el tiempo dé
De nadie le sirve orar, mismo que sea con mucha fe
Porque lo tiempo ya vivido y esvaido es incomplacente
Teniendo el tienpo passado, queda solo vivir el presente.
Siglo XIX, una profusión de ideas estremece al mundo, como nunca antes se había visto, guerras filosóficas, ideológicas, teológicas, al principio en los campos de las ideas, pronto se trasladan a los sangrientos campos de batalla. Desde las guerras carlistas, del Paraguay hasta la primera guerra mundial, además de razones históricas, los recursos naturales, las ideas se convierten en el detonante de nuevos conflictos
No soy mucho para ir al templo
Prefiero escuchar las voces del viento
El dulce canto del pájaro cambacica
Que se replica en el zumbido del vispera
presagios de alguna refriega
Y después de que termine esta enredo
Tiene que haber algún otro secreto.
No es miedo, pero ¿qué sentido, que gracia?
Si eso es todo lo que es, una divina desgracia.