Resumimos en este volumen el desarrollo de la Primera álgebra de magnitudes, que resuelve la laguna critica que supone la omisión de un álgebra genuina para la Física, actualmente remplazada por la ilusoria aritmetización normalizada por el sistema Internacional de Unidades.
A través de las formas diádicas se desmonta la absurda trampa de la simplificación aritmética para operar con magnitudes y se levanta el velo que oculta una realidad física fascinante, aflorando la dismetría y sus numerosas consecuencias trascendentales. Se introducen los conceptos básicos que, por ejemplo, nos llevan a la conclusión de que no existen las contantes físicas universales y se descubren dos verdades físico-matemáticas impresionantes: primera, las propiedades del espacio vacío, que no se presenta como inerte sino como un ente activo que produce por sí solo efectos físicos, caracterizado por los tensores dismétricos; y segunda, la inmortal ley de variación diádica diferencial, que prueba el hecho original de que lo natural es la dismetría.
De este modo se nos va manifestando un universo infinitamente variable, que nos mueve a reformular las distintas leyes y teorías físicas, ofreciendo a los matemáticos y físicos un filón inagotable de nuevos horizontes para sus investigaciones innovadoras.

We summarize in this volume the development of the First Algebra of Magnitudes, which resolves the critical gap that the omission of a genuine algebra for Physics supposes, currently replaced by the illusory arithmetization normalized by the International System of Units.
Through the dyadic forms, the absurd trap of arithmetic simplification to operate with magnitudes is dismantled and the veil that hides a fascinating physical reality is lifted, bringing out dysmetry and its numerous transcendental consequences. The basic concepts are introduced which, for example, lead us to the conclusion that universal physical constants do not exist and two impressive physical-mathematical truths are discovered: first, the properties of empty space, which is not presented as inert but as an active entity that produces physical effects on its own, characterized by dysmetric tensors; and second, the immortal law of differential dyadic variation, which proves the original fact that what is natural is dysmetry.
In this way, an infinitely variable universe is revealed to us, which moves us to reformulate the different physical laws and theories, offering mathematicians and physicists an inexhaustible vein of new horizons for their innovative research.