Es el primer tomo de conceptos inéditos que trascienden la tradición filosófica de todos los tiempos. La tarea de hacer un prólogo ante descomunal proposición filosófica que abarca lenguaje, sabiduría, tecnología, mente, y otros temas tan magistralmente unificados por el autor Gerardo Brauer, es un honor y a la vez un desafío. La explicación tan clara y amena que encontramos en este libro acerca de una nueva concepción de cómo la mente se comunica, y esto no nos los comunica ella, es un planteamiento revolucionario y que dará mucho para continuarse. El autor ha descubierto resonancias cerebrales que actúan en comunión para proveernos de lo esencial para subsistir. Además, derrumba y con mucho fundamento al inconsciente, al tiempo que nos brinda una perspectiva muy lógica (nunca antes analizada), y de un enlace triangular entre esa comunicación de la mente y luego ya haciéndonos partícipes. Para ello, crea nuevos neologismos, sustentados en esa gama de nuevos y profundamente analizados conceptos.No sé cuándo será, pero el mundo de la filosofía, del pensamiento y de los procesos cognitivos, de los cuales soy un apasionado como el autor, descubrirá en este libro los fundamentos de una nueva concepción filosófica y científica.El lenguaje adquiere otras dimensiones más allá de la filología y la lingüística, revelándosenos su propio idioma de comunicación inmanente, interior, y fundamental para la creación o para el simple acto rutinario.Los procesos cognitivos, las resonancias interiores y la memoria adquieren otra significación con sendos nombres nuevos, neologismos, que no repito ya que están ampliamente explicados en el devenir de cada planteamiento revolucionario, por su nueva óptica como por sus alcances en el ámbito de la ciencia, la neurología y la filosofía.Y aunque hay muchas citas, silogismos y planteamientos que nos empujan irremediablemente a una profunda reflexión, por espacio, menciono apenas una del autor donde nos dice: Hay diversas maneras de embeberse el mundo y todas nacen del poeta que tenemos dentro. Yo bebo el espíritu del mundo a través de una copa de vino de excelencia o con la soledad que bebe café y fuma habano. Nos reinterpretamos en cada acto, como en cada acontecimiento nos manifestamos. El mundo no es nunca el mismo para el hombre de la reflexión: vive en una continua e incansable reinterpretación del mundo. El escritor nunca extrae de la rutina sus historias, sino de aquello que la irrumpe; puede ser un hecho en apariencia insignificante que en manos literarias se magnifica. Así sucede en la vida de todos: potencialmente podemos ser el suceso. El simple apresarlo es suficiente para hacerlo nuestro y ubicarnos en su epicentro. Se vive entre lo que se aprende y se aprehende.Quién no podría estar de acuerdo en lo anterior, además de su planteamiento de impecable realismo poético, y como el mismo autor nos dice: El ser se expresa en la reflexión, nunca el ser se piensa a sí mismo: se reflexiona.Pues este libro fundacional y revolucionario en el pensamiento de inicios del milenio, el milenio de la mente, nos lleva a nuevas reflexiones, nunca antes motivadas por los pensadores fundamentales del anterior. Son, como enuncié, demasiados nuevos planteamientos, con lo que el autor inaugura una nueva vertiente: filosofía de la cognitividad. Con ello nos explicaremos en el mundo donde la tecnología, como también lo expresa el autor, ha tomado el lugar de la naturaleza para impulsarnos evolutivamente. Pero, también reitero, esto es un planteamiento entre tantos más que provocan pasión y deseos de profundizar, tal como se revela con una amplia tesis fundacional: a través de esa inexplorada comunicación interior, un universo tan inmenso como el exterior.