LOS VALORES ESTÁN DE MODA Hoy, en todas partes, en todos los foros, conferencias y debates se habla de "valores". En todas partes se habla de valores... sin ton ni son. Pero es preciso distinguir que todos los valores no son semejantes, ni significan lo mismo, ni son igualmente importantes. De qué valores hablamos cuando debemos distinguir entre: Valores divinos y valores humanos Valores sobrenaturales y valores naturales Valores eternos y temporales Valores patrios, literarios, académicos, artísticos, políticos, poéticos, económicos Valores culturales y, sobre todo, religiosos y morales. Todos son importantes en su campo, en su ámbito, en su esfera. Pero, sin duda ninguna, los valores religiosos y morales le dan solidez a una persona, a una sociedad y a una nación. En Colombia estamos padeciendo terriblemente por la ausencia o desaparición de los valores básicos que han conformado nuestra nacionalidad y nuestro país. Colombia poco sufriría con la extinción de algunos valores no esenciales para nuestra supervivencia, aunque se empobrecería, claro está, nuestra cultura. Pero los valores religiosos y morales no pueden faltar. Por eso Colombia se está deshaciendo, el tejido de la Patria se ha hecho girones y vamos quizás hacia la catástrofe. Con estos valores no se puede jugar ni ahora ni nunca; o los recobramos, o perecemos. El amor, la caridad, la justicia, la paz, la honradez, la honestidad, el respeto a la vida, a la honra y a la hacienda ajena, el decoro, la dignidad y otras semejantes, nos tendrán que acompañar siempre si queremos subsistir como nación, como país libre y decoroso entre los pueblos cultos de la tierra, y estos valores son los que llamamos "humanos" o "evangélicos" o, lo que es lo mismo, cristianos. Éstos conforman el legado de Dios y de su Hijo, hecho Hombre para que podamos vivir en armonía y paz. Al presentar este libro, que sin duda hará mucho bien, deseo poner de presente que su autor, el Dr. Héctor Cardona Castaño, ha trabajado con cariño y ardor en la recolección de palabras que nos mencionan valores humanos y cristianos que debemos recordar y no arrojar al olvido. Debo destacar que él procura vivir a cabalidad su vida cristiana y ciudadana como Padre de familia honesto y batallador, al lado de su esposa e hijos, como congregante mariano, como profesor y orientador, convencido de los peligros que se ciernen sobre la sociedad colombiana, que se paganiza por momentos, y como hombre honesto y catedrático visionario que tiene sus miras puestas en la juventud, porque ella será la que recoja la bandera de honestidad y decencia que los de edad madura dejamos caer de nuestras manos. El Dr. Cardona ofrece este fruto de su trabajo consciente, sin mayores pretensiones, a los jóvenes de hoy, pero especialmente a los maestros responsables e inquietos por la educación de la juventud. Es necesario comenzar de nuevo; reconstruir entre las ruinas y soplar entre las cenizas para reavivar el rescoldo de los principios que cimentaron a una nación cristiana; así se revive el recuerdo de un pasado glorioso, que no debe morir. Estamos cansados de tanta mentira, injusticia y deshonor, vulgaridad y desenfreno; los perjuros se han asentado en nuestros lares; los ladrones destruyeron la heredad; los sicarios y asesinos se acumularon por docenas acribillando a tiros la inocencia y la virtud. Los valores cristianos reseñados en este sencillo diccionario pueden, practicándolos, devolvernos la paz y la virtud. Medellín, noviembre de 1998 DARÍO ARANGO HENAO S.J. Director Congregación Mariana