No importa quiénes seamos, todos tenemos el mismo número de horas cada día. ¿Por qué entonces parece que hay personas que logran alcanzar niveles de éxito realmente extraordinarios, mientras que hay otro grupo de personas que pareciera que las horas del día no son suficientes para ellos, mientras que no logran avanzar en su vida profesional y personal? E incluso pareciera que no logran sus objetivos económicos. ¿Qué hace la gran diferencia? La respuesta es simple, el primer grupo aprendió a delegar de una manera altamente efectiva mientras que el segundo grupo se rehúsa a delegar. ¿En qué grupo te consideras? No tienes que responderme, pero te pregunto, ¿en qué grupo prefieres estar? No importa qué excusa demos, la barrera más importante para una delegación altamente efectiva somos nosotros mismos. Está en nuestras manos desarrollar las habilidades necesarias para lograr la excelencia al delegar de manera efectiva.Es por eso que hemos querido ofrecerle en este libro un manual completo que lo ayudará a desarrollar estas destrezas.Hace algún tiempo, uno de mis mentores me hizo un par de preguntas que cambiarían el curso de mi vida.Mi mentor me preguntó - ¿Quieres ser un millonario?Mi respuesta fue afirmativa, y él continuó diciéndome: -Si su respuesta es sí, ¿por qué insiste en hacer trabajos de $10 o menos por hora?Al principio no entendía a qué se refería. Yo era el tipo de ejecutivo que le encantaba estar enterado e involucrado en cada paso del proceso. Me enorgullecía el saber hacer cada labor dentro de la compañía. Desde formatear y correr un programa de software, a llenar una requisición, a balancear una línea. Igualmente en mi práctica como abogado, el escribir un contrato complicado, a llenar y someter planillas ante las distintas agencias de gobierno, a balancear las cuentas por cobrar y las cuentas por pagar. En fin, siempre me ha gustado aprender y nunca le he tenido miedo al trabajo.Explicó que saber hacer todas esas cosas era muy bueno, pero que hacerlo era lo incorrecto. Al empeñarme a hacer todas esas cosas, no le estaba dando la oportunidad a mi oficina a crecer. No estaba dándole el uso más inteligente a mi tiempo.Me dijo, "deja ya de hacer todas esas labores de $10 o menos la hora." Lo miré con cara de asombro. Hacer las tareas de la casa, por ejemplo, era algo que siempre me gustó hacer. No solo me relajaba, sino que me hacía sentir útil para con el resto de la familia. Él respondió, "contrata a alguien para que lo haga. Es preferible que dedique ese tiempo a su familia o a los proyectos que se han dejado en el fondo del cajón del escritorio por no tener tiempo para hacerlos."Fue entonces cuando me dijo algo incluso más profundo, delega incluso cuando creas que no tienes los recursos para pagar a esa persona por las labores delegadas, porque el hacerlas te está costando mucho más de lo que tendrías que pagar por ellas. Tiempo es vida. Cuando dices que no tienes tiempo para algo, lo que realmente estás diciendo es que no tienes vida.Ese mismo día comencé a delegar todas aquellas actividades que pudiera delegar. Me convertí en un estudioso del tema de delegación. Empecé a hacerme preguntas como: ¿Qué cosas puedo delegar que tengan el potencial de crear el impacto positivo más significativo delegándolas?Empecé a sentirme más celoso de mi tiempo. ¿Qué cosas me están robando mi tiempo? ¿Me están robando mi vida?Como mi mentor dijo sabiamente: El tiempo es vida Cada vez que dices que no tienes tiempo para algo, lo que realmente estás diciendo es que no tienes vidaRecuerde que solo hay dos tipos de personas, aquellos que toman la iniciativa para buscar mejoras y aquellos que eligen permanecer inmóviles mientras que el cambio los aleja cada vez más del éxito. Entonces, ¿en qué grupo quieres estar?