About the Book
Estos artículos fueron escritos desde la distancia geográfica, pero desde la cercanía del corazón y la amistad. Porque fue Francisco López, "Chico", o "Chiki", como amistosamente le llamamos, quien me invitó a escribir en su periódico. Verdadero y gran amigo mío, aunque, casi siempre, también, a distancia, como mis artículos; de mente y corazón abiertos; incansable hombre "multiuso" para todo y para todos, siempre al quite de los momentos desagradables y exquisito moderador entre sus columnistas y participantes. No sé de dónde saca tiempo y fuerzas para llevar su periódico, con tanto acierto. Como él dice, su periódico, nuestro periódico, es su "hobby".
Bien, después de este panegírico bien merecido, tengo que decir que alhaurindelatorre.com, hace ya más de tres años, me ofreció sus columnas en las que, sin censura, siguiendo su filosofía de independiente, he venido hablando de "todo
lo divino y humano", y con perdón. Porque es imposible saber hablar bien de todo eso. Por el periódico sigo la vida de Alhaurín de la Torre, pueblo culto, moderno y acogedor, como si yo estuviera ahí. He querido recoger en un libro los artículos publicados hasta ahora, durante esos tres años, en los que se puede apreciar la conexión que hay entre todos ellos, una tónica común, una especie de "ley motiv", que, sin temor a las críticas, pero con profundo respeto a todas ellas, estén o no de acuerdo con su contenido, ofrezco un testimonio de mis vivencias, temores y anhelos, tal vez con
errores y algunos aciertos, sin querer hacer literatura, aunque revestidos, claro está de alguna forma literaria, despertar o avivar su interés por "todo lo divino y humano" que, queramos o no, condiciona, muchas veces, misteriosamente, nuestras vidas. Porque, como decía Unamuno, "En un país donde sólo se piensa en enriquecerse yo me moriría de vergüenza, de asco; y más repugnante me parece si la preocupación dominante es la de gozar, la de divertirse, es
decir, aturdirse". Y, por último, con la ilusión de conectar con mis lectores, intentar llevar un poco de fe y esperanza en la bondad del hombre, no siempre bueno, y en la naturaleza, tampoco siempre buena con los hombres y, también, desde mi fe, en la bondad de Dios que sí lo es siempre, aunque, a veces, a nuestra limitada inteligencia, no lo parezca. Porque, como dice un texto sagrado: "¡Cuántas y qué maravillosas son tus obras, Señor, y todas las hiciste con sabiduría y bondad!". Para nosotros.
Antonio Serrano Santos