La indecorosa propuesta de una jovencita, trastoca la paz mental de Mandy, que con 36 años y un matrimonio estable, ahora se pregunta ¿Por qué negarse algo que tanto desea? Entra en un largo camino de transformación de su sexualidad, reinventándose como seductora, y arrastrando a muchos en un libidinoso viaje, del que ninguno quiere volver.
Ella y su esposo Matt, disfrutan con la primera experiencia que les aporta impensables descubrimientos y los deja en un punto de no retorno.
Entre prejuicios, reflexiones y deseos, va aflorando otra forma de sentir, y una mente que ahora se expresa tan diferente como su cuerpo. Seducir se ha vuelto adictivo, la hace sentir poderosa, solo hasta que algún personaje consiga invertir la polaridad, y entonces se vuelve sumisa, dentro de un juego mental y un subibaja de emociones incesante.
Para aquella Mandy acostumbrada a ver el sexo como una consecuencia del amor, no es fácil explorar los placeres de la carne sin enamorarse. Después de conocer el asombroso pasado de Desiré, se enamoran, y cuando Matt las descubre, por devoción a su mujer, acepta constituirse en un ma-trio-monio, relación que duró menos de un año por los celos de Mandy. Sin embargo, enamoradas las chicas regresan, nuevamente a espaldas de Matt, quien esta vez les tiende una magistral trampa, con la cual demuestra cuánto las ama, y da lugar a un acuerdo que esperan sea la solución a todas sus equivocaciones.
Todo va cambiando, vivir esos momentos en que el tiempo se detiene, o cuando siente que el miedo es el macho alfa, la mantienen con un interés insustituible en lo erótico y lo sensual, casi siempre ignorando si es por amor o por sexo.
Masajes, roces, pellizcos, arañazos, un cuerpo elástico con cangrejera, o bañarse en la playa desnuda con un par de piercings incrustados en sus pezones, son los pensamientos que ocupan su tiempo, anhelando que algo esperado ocurra, o que la sorprenda lo inesperado.
Ahora, disfruta a ojos cerrados la narración de una historia erótica, y los sonidos de un encuentro sexual, dejando que su mente cree las imágenes. Prefiere recibir una tanga mojada con fluidos, antes que bombones, mas todo eso y hasta el apetito sexual se puede perder luego de ser abandonada por Desiré. No obstante, el destino la pasa a una nueva etapa con un hombre sin rostro (Jack).
La foto de un falo erecto con el mensaje así me pones, es el comienzo del ascenso a las grandes ligas. Bajo la antigua metodología de cartas manuscritas se sostienen las emociones de una erótica seducción, circunscrita a los lunes de cada semana, que exaspera las necesidades de Mandy, por un hombre que no solo es real, sino que asoma más de un rostro, y ella alimenta sus fantasías con cada uno.
En medio del envolvente misterio, conoce a Kevin, un atractivo ingeniero con quien se involucra profundamente mientras avanza en su relación virtual con Jack, que la mantiene siempre expectante de su siguiente genialidad. Ambos la llevan entre la carne y el corazón, y cuando llega la hora de conocer personalmente a Jack, el riesgo de que sea otra treta de su esposo, la vuelve loca.
Cualquier cosa vivida antes de estos personajes es pequeña, su mente ya no le pertenece, es aquí donde se pone a prueba todo el aprendizaje y la gallardía adquirida. Por monstruoso que parezca algo, no existen límites para el gozo, ni para medir la capacidad de excitarla en situaciones de extrema angustia, aunque eso implique presenciar cómo el cuerpo inerte de una amiga es usado para satisfacer los morbosos deseos de su presunta asesina.
En este punto ya Mandy se ha enamorado de Jack-Kevin, pero un viaje de trabajo los separa. Sin amo, Mandy queda devastada, pero una foto que jamás imaginó recibir de Desiré en una playa de Ibiza, la ayuda a entender por qué nunca regresaran. Para reanimarla, su esposo le ofrece algo que nunca tuvo. ¿Funcionará esta nueva idea de Matt para continuar escribiendo su historia junto