Cuando la vida de Kel Taylor cambia irrevocablemente, se encuentra solo en el mundo. Puede que se hubiese revelado un poco contra sus padres, pero eso no significa que estuviese preparado para perderles. Incapaz de hacer frente al dolor, y a sus sentimientos de culpa, decide buscar ayuda en la bebida. Pero antes de que pueda tocar fondo, alguien bucea bajo las turbias aguas para rescatarlo.
Luc Bryant vio crecer a Kel, desde ese crio pequeño, cuyo balón de fútbol rompió un cristal de su invernadero, hasta ese chico joven y sexy que hizo arder su cuerpo. Y ahí, fue cuando Luc decidió dejar de mirarle, y se distanció, porque no quería ser ese tipo de hombre. Y así es como seguían las cosas, hasta que ve las profundidades del abismo en las que el chico se ha hundido. Y maldita sea, si Luc va a permitir que Kel se mate a sí mismo. Lo que Kel necesita es un amigo, y los hombros de Luc son lo suficientemente grandes como para compartir la carga.
Kel no necesita un amigo. Lo que necesita es un par de brazos fuertes que le sostengan, un pecho amplio contra el que poder acurrucarse, alguien que le escuche, alguien que realmente se preocupe por él... y mucho más.
Lo que necesita es un Papi.
Tan solo, que aún no lo sabe.
Cuidar a Kel es una historia aislada y autoconclusiva. Pertenece al género de novela romántica gay, con la dinámica Papi, una brecha de edad, juegos D/s, y todas las emociones que puedas desear.