Diego Dominguez, Artista, nació en la ciudad de Chicago en el año 1965. Sin embargo, su infancia y adolescencia transcurrieron en Venezuela, donde tuvo la oportunidad de estudiar y sumergirse en el mundo del arte y desarrollar su creatividad. En 1987, debido a amenazas de muerte que lo obligaron a abandonar su país, Diego tomó la difícil decisión de regresar a los Estados Unidos y continuar su carrera de Diseño. Al llegar a Nueva York en 1987, se encontró con una realidad dura y despiadada, una ciudad que no perdona y que rápidamente lo atrapó en un estilo de vida lleno de excesos, incluyendo la vida nocturna, las drogas y diversas tentaciones. Esta situación lo llevó a experimentar la dura realidad de vivir en las calles de la urbe. El manuscrito que presenta es una continuación de su segundo libro titulado Tatuajes de la infancia. En él, Diego plasma el dolor y las dificultades que ha enfrentado a lo largo de su vida, mostrando cómo la angustia y el sufrimiento pueden, irónicamente, convertirse en poderosas fuentes de inspiración y creatividad en un entorno tan desafiante como lo es Nueva York. A finales de 1991, gracias a la intervención y apoyo de Zia Ziprin, quien le tendió una mano amiga y lo ayudó a salir de la calle, Diego pudo reinsertarse en la sociedad.
Hoy, Diego es un artista de renombre, cuyo trabajo ha sido destacado en las revistas y publicaciones más importantes a nivel mundial, así como en celebridades y en prestigiosas galerías y pasarelas en Europa, Estados Unidos y Sudamérica. Además, Diego ha sido incluido en la antología poética Las Caras del Amor y en la Antología de Poesía y Prosa Domingo Faustino Sarmiento.
Todos enfrentamos demonios y cuervos malévolos que se manifiestan en momentos de vulnerabilidad, cuando la fe se pierde y el corazón se debilita; esos cuervos que sacan los ojos y ciegan el alma.
James 1:13 - Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.