He querido con entusiasmo y generosidad participar a mis apreciados lectores y amigos, de las grandes verdades y sabiduría que entrañan esta selección de cuentos que he compilado, y de cuyo material parece que existe muy poco, por el poco interés que se ha suscitado por los ancianos. Pienso, que a partir de este momento, cuando estoy promoviendo una nueva cultura hacia la vejez, las cosas cambien, lo mismo que la suerte de estos héroes de la vida que tan noblemente han consagrado su existencia a la creación de las familias, de los tesoros y de los pueblos que le han dado gloria a la patria y a la civilización.Como lo dije ya en otra parte: La inmensa mayoría de las personas vegetamos: nacemos, no crecemos en la forma debida, nos reproducimos, nos desperdiciamos en la vida... y declinamos y morimos sin pena ni gloria. Aparte de que la suerte de la humanidad es cada día más caótica, puesto que nos encontramos frente a una encrucijada de tipo económico y político exclusivamente, que en realidad no tienen nada que ver con la vida, desarrollo, esperanza y crecimiento del homo sapiens.Y de allí, la ingrata suerte que le espera a las naciones y a los ancianos, puesto que las sociedades y gobiernos no vislumbran otra cosa más allá del signo de pesos y de hacer a unos pocos magnates y audaces más ricos en dinero y en cosas, pero más pobres en mentalidad, inteligencia, espiritualidad... y como seres humanos y personas, produciendo a la vez e incrementando vertiginosamente la criminalidad: masacres, asaltos, robos, secuestros, extorsión, mafias, corrupción... que son las secuelas de hacer dinero exclusivamente, y a la que ha sido condenado y encadenado inmisericordemente el hombre, y más ferozmente en esta última centuria.Sí, efectivamente, nuestras organizaciones económicas, políticas, sociales, educativas, morales, culturales... en las que se encuentran sumergidas las sociedades, dan grima... y es inconcebible a estas alturas y después de tantas civilizaciones que sólo haya alcanzado a enajenar el hombre con cosas, que llaman arbitrariamente progreso y desarrollo, cuando en realidad hemos retrocedido en milenios en humanidad, mentalidad, inteligencia, espiritualidad...En este libro, he querido incluir más de una docena de cuentos ZEN Y SUFI, con connotaciones esotéricas y que pertenecen a la literatura hindú, donde su literatura por excelencia, se recrea en la enseñanza de la sabiduría y de la formación espiritual y del autoconocimiento. Cuentos que han sido depurados a través de los siglos y liberados del discurso religioso y del contenido dogmático. Es un mensaje sencillo y sin artificios y, por lo tanto muy asequibles para su entendimiento y discerni-miento.Ha sido sin duda también un logro y una gran satisfacción, el haber podido compilar estos cuentos, ya que mi vocación de enseñador me ha permitido descubrir esta gran veta didascálica, que ahora pongo a disposición de los lectores, sin otra intención distinta a la de enseñar y procurar un cambio, y por ende, el mejoramiento del linaje humano.He escogido el género del cuento, porque además de ser divertido, es la síntesis de la narración. Y como es sabido, ningún género tan lúcido como el poema; y sólo puede explayarse en su emoción cotidiana la novela, pero como lo dicen, lo auténtico en vibración total y en la magia de la literatura se sobrepone el cuento por lo general. El cuento ha sido el género de las literaturas milenarias y es el género del Siglo XX por excelencia, y lo será también más del XXI. Su profundidad y síntesis se compaginan para darnos toda la plenitud de la vida en breve, como ha afirmado alguien tan acertadamente.Cuentos: El pueblo longevo, El simbolismo del círculo, Cuento de Roso Luna, Los cuatro ciegos y el elefante, Parábola de Buda, Los Jubilados, Ancianos y niños, La inmunidad del Mal, El más sabio deseo es no tenerlo, El ermitaño zagaz, El anciano del islote, El rey y el eremita, Un yogui