En un mundo icónico sin precedentes y que prevalece ante cualquier otra expresión del arte, podría parecer que su evolución será convertirse en un holograma semejando la tridimensionalidad y así atrapará la atención de las siguientes generaciones. Sin embargo, la palabra escrita seguirá siendo dominante como la de mayor expresión creativa. No importa que haya cedido el espacio que tenía a la imagen, sigue siendo el gran detonador de las imágenes dentro del lector que nadie más que él podrá crearlas a partir de su lectura. La consagración de la palabra es precisamente la novela, y la esencia de la literatura, la poesía, y la presencia de la literatura, la prosa. Pero usted, lector, está presenciando un libro fundacional al combinar todas. Sólo se logra a través del arte de la síntesis, pronto a leer historias de no más de una página del genio, precisamente, de la brevedad.El tiempo es la pátina que pule al libro que se convertirá en un clásico, y lo tiene en sus manos. Sólo es cuestión de tiempo para que algún día diga que lo leyó antes de convertirse en esos escasos especímenes literarios que son los clásicos, y que sobrevivirán al tiempo, a los demás libros, tantísimos que se publican y de muy mala calidad, y también sobrevivirá a este mundo demasiado icónico. Si erigir una historia redondeada en varias páginas sólo los grandes escritores pueden constatar, que no rebase una página es ya una proeza. El libro en sus manos a veces no requiere de más de media página, y su asombrosa brevedad enmarca historias completas con un sorpresivo desenlace que nos mantiene dentro y fuera de toda realidad, pues la realidad que leemos supera cualquier suposición de irrealidad. Se logra a través de la maestría que consuma una composición literaria con todos los recursos literato-creativos para encerrar una gran historia en una página o menos. La brevedad literaria es el arte de un renovado pensar a partir de la reflexión que nos deja tras la lectura, y para siempre. Y ese arte tiene más valor que la verdad por afirmar la vida en su inmensa brevedad. Brevedad que apertura la ilusión de realidad a través de la magia de la intensa narrativa que impulsa a pensarnos no tan reales como para preferir la lectura. Sí, la lectura, la única compañera de nuestra imaginación, por sobre cualquier otra imagen, al evidenciarlas todas chatas y secas en comparación a las creadas con la complicidad de la imaginación del autor con el lector. Como ustedes, lectores, pueden ser tantos como mentes diversas, rebasan por mucho todas las imágenes gráficas.Susana Bolio y Aldo Grimaldi