Esta mi historia, una crónica de lo que ha sido toda una vida tratando de sobrellevar lo paranormal, en mi vida cotidiana. Desde que recuerdo he tenido que lidiar con cosas paranormales, ya saben: fantasmas, visiones, hechizos, monstruos y otras manifestaciones de energía - de eso hace más de 40 años -. Pero también había tenido que guardarme las memorias y experiencias de este tipo por temor a represalias y humillaciones de la gente a mí alrededor y de extraños. Es como haber vivido en un mundo paralelo de locura, tipo Alicia en el país de las Maravillas se encuentra con Poltergeist y haber tenido que ingeniármelas para que nadie se diera cuenta. Desde niña (y, para ser honesta, hasta este momento) comencé a desarrollar una hipersensibilidad energética - percibía energía, alrededor de cada cosa y persona, en este mundo -, algo semejante a estar sumergida en el océano. Un océano que es un paisaje surrealista, formado por la energía de todo y de todos. Como estanques, manantiales, remolinos, corrientales o lagunas de energía alrededor de personas y cosas. Estoy consciente de caminar en el océano energético, mientras los otros caminan por ahí, como si nada. Y no sólo percibo la energía, me afecta en exceso.Tuve muchos años para adaptarme a esta forma extraordinaria de ver el mundo y hasta creé una serie de términos análogos, nada ortodoxos, para tratar de explicar las sensaciones que emitían esos oleajes energéticos. Algunas veces caminar entre esa energía eran como nadar en atole de chocolate, un charco oscuro y espeso; otras ocasiones caminaba en sitios cuya energía era fluida como agua de manantial, estanques quietos y tibios; otras tuve que apurar el paso y asirme a algo, tratando de avanzar entre oleajes tormentosos.Es complicado convivir todos los días con muchas personas, interactuar a distintos niveles con ellas y percibirlas de manera distinta. Hay personas cuya energía es pesada, urticante o devoradora . Ésas que son como un xuuxóob o un xuux, como le dicen comúnmente. Esos remolinos silbantes y poderosos, que se forman en el medio de las selvas durante la época de lluvia, con las corrientes temporales; hoyos profundos que chiflan succionando agua y aire, que se pierden en la oscuridad de una caverna o un pozo, en corrientes terribles e imparables.Algunas energías son tan pesadas, que es casi como tener a la persona montada en los hombros; se siente una presión en el pecho, un dolor agudo en la garganta, como un nudo o un limón atorado que no deja pasar bien el aire y algunas veces uno debe sostenerse de cosas para no caer.... Es un paisaje complejo y muy rico que se mezcla, interactúa y atraviesa todo lo que se ve y lo que no puede verse, también.Hay otras cosas en el océano energético. Son energías libres, que se mueven entre la energía anclada a la gente y a las cosas. Algunas de estas energías son recientes, se generan cuando un cuerpo físico deja de estar ahí - cuando alguien o algo muere -esa energía no se destruye, no desaparece, sólo se reintegra, se dispersa, se suelta de su ancla o su emisor físico y se disipa; alguna parte se pega a cosas, a gente o a lugares y permanece ahí por un tiempo. Otras energías libres parecen ser más antiguas y se comportan casi como si tuvieran conciencia (supongo que con tiempo de sobra puedes aprender una o dos cosas). Deambulan por ahí con más soltura y no sólo se pegan a la gente, las cosas o los sitios, pueden interactuar. Debe ser muy frustrante vagar por el Universo sin quien pueda percibirte, prestarte atención o escucharte. Estas energías tienden a causar algunos problemas, dan buenos sustos y crean todo un caos cuando deciden manifestarse, acosar o pegarse a alguien o a algo que pueda percibirlos.... mi vida puede parecer una novela barata de fantasmas y espantos...