A todos los amantes del mundo A los que lo fueron A los que son en este preciso instante A los que serán aunque aún no lo sepan A los breves y a los aguantadores de entasiadas columnas A los que han amado como si la vida les fuera en ello A quienes han muerto de amor, En la misma cama de su amante, o por culpa suya A los inventores de caricias, a los pretenciosos, a los egoistas, A los recibidores, a los dadores, a los aduladores De sábanas limpias A los que prueban, sin preguntar, cómo penetrar qué sitio, ¡A qué oscuras andanzas se atrevieran! Sin avisar, sin querer, Tus manos a cuchillo espectantes A los que se ruborizan Mientras caminan sin luz Río abajo, montaña arriba Cueva abisal, cumbre coronada A los que han vaciado una y otra vez todas sus esencias Sobre amantes amantísimas A cuantos reinaron sobre cuerpos de sirena Segundos eternos, creyéndose dioses A los que dormidos, convencidos de que todo estaba escrito, Nada les fue concedido sino el olvido Esperando siempre opciones nuevas que nunca llegaron Oportunidades no dadas Y a los proscritos por causa de su amantía inveterada A los pecadores de sueños sudorosos sobre el vientre de mil amantes A todas las lenguas que callan mientras lamen Espaldas como templos, arcos como pestañas Ojos que te miran desde el fondo de su océano A los que leen mientras caminan muslos, tobillos, muñecas, Labios que prensan dientes contra tu fuerte pecho A los que sorprenden pezones perezosos Alzados como de puntillas Esperando bocas comprensivas Dedos prensiles que retuercen El esbozo de tus hombros Respirando cada poro, cada sorbo A los pescadores de caricias ocultas, prohibidas A los que esperan una y otra vez su turno, A sabiendas de que nunca les tocará Mientras su amante, ya satisfecha no Descanse en paz en sus brazos de canela, poderosos A los que enseñan, a los que muestran Caminos errados y van al cuello erguido en vez morder empeines Como lienzos A los que aman como yo Con la pasión de los piratas, la osadía de los marineros rasos Las manos atentas de los calafates El fervor de los carpinteros de ribera A los fareros A los que resucitan siempre muriendo por ti Sin atinar jamás el verso que te nombre Adjetivo inverosimil que pronuncie Tu belleza Que resuma tu saliva Fresca como espuma de mi boca A los que abren su corazón de par en par Aman de dos en dos y enamoran cuanto acarician Placer inaudito, opaco placer Olas incapaces de detener La brava locura tuya Necesaria como aire Mientras navego olas como halcones Cabellos de agua rompiendo a proa Qué me he perdido Al regresarme sin ti Durante tanto tiempo Qué amantes pixelaron tu cuerpo En ausencia de mis dedos herrumbrosos A todos los amantes del mundo Les brindo estos versos Y les cedo mi turno de nuevo Alejándome