La presente edición integra la Constitución de 1917 con la vigente en la actualidad (última modificación marzo de 2020). Busca generar las herramientas para que legistas, historiadores, politólogos, antropólogos, sociólogos, etc. puedan trazar una ruta en la forma en que la sociedad mexicana ha ido evolucionando a lo largo de más de un siglo. El cinco de febrero de 2017 se cumplen cien años de la promulgación de la constitución mexicana. A primera vista esto marca un camino institucional inusualmente largo, pero bastará lanzar una mirada al texto de 1917 y al actual para descubrir que se trata de dos documentos bastantes diferentes. Cuando el Congreso Constituyente se estableció en Querétaro lo hizo enarbolando las banderas revolucionarias de 1910, esto es, reclamando la justicia social que brillaba por su ausencia en la Constitución liberal de 1857. En este sentido, y a pesar del esfuerzo carrancista de asumirse como un Juárez redivivo, los constituyentes de 1917 no tienen empacho de establecer a la Constitución en un plan de ley suprema, que no sólo habita en un plano superior al del ciudadano sino que además se transforma en la deidad que provee a los mexicanos de todos su derechos, afirmándolo desde su artículo 1°, dejando a la ciudadanía en una suerte de minoría de edad legal. La constitución en el 2020 en cambio es un monstruo de Frankenstein que no obedece a un único proyecto y que en cambio contrapone una serie de tradiciones políticas, sociales y económicas disímiles: pasando desde el esfuerzo por alcanzar la justicia social en su nacimiento al neonacionalismo populista de fines del siglo XX; del nacionalismo de los 30s-50s al integracionismo globalista actual y de vuelta a un nacionalismo que enarbola la bandera de la anticorrupción, todo ello enmarcado a su vez en la tradición jurídica latina que, en una suerte de jerga aglutinante, más que establecer los principios básicos del Estado y la Sociedad intenta codificar vigorosamente abriendo espacio siempre al conjunto de leyes especiales que le complementan. Hasta agosto de 2016, fecha de su última modificación la Constitución ha tenido 241 reformas, alterando 728 artículos (sin contabilizar las reformas a artículos transitorios). Existen artículos que se han modificado regularmente como el 73° que cuenta con 82 reformas mientras que otros 21 no han sido aún tocados aún. Conocer detenidamente ambos documentos nos permite comenzar a comprender diversas formas de enfrentar los problemas que se presentaban a los mexicanos a lo largo de un siglo.