Se siente confundido cuando recibe información que no puede coincidir con lo que ya sabe o cree que es cierto. Por ejemplo, cuando alguien que no conoces se te acerca en una fiesta y comienza a hablarte como si te conociera desde hace años, o cuando accidentalmente pasaste dos páginas de una novela a la vez y no entiendes el aparente salto la historia.
La información nos llega en un flujo constante. Cualquier información nueva que sea digna de mención se compara con lo que ya conocemos. Por ejemplo, sabemos que las ciudades están organizadas en calles y cuadras, y que los mapas de la ciudad contienen una representación a escala de esta disposición, por lo que cuando visita una nueva ciudad y encuentra un mapa, aunque el contenido de este mapa es información nueva, puede conectar fácilmente su existencia y lógica a lo que ya sabe. Sin embargo, cuando se encuentre con un mapa de su propia ciudad y descubra que las calles están organizadas de una manera completamente diferente a la que sabe, probablemente se sentirá confundido. Esto puede parecer el equivalente mental de intentar colocar una clavija cuadrada en un agujero redondo. La confusión se mantendrá hasta que pueda encontrar una solución a este desajuste, por ejemplo, cuando descubra que el mapa es una representación de su ciudad hace cien años, o que es parte de un proyecto de arte destinado a establecerlo. con el pie izquierdo.
Aparte de este tipo de desajuste explícito, en el que la nueva información se opone activamente a algo que usted consideraba verdadero, también puede confundirse cuando simplemente no puede relacionar la nueva información con algo que ya sabe, de manera positiva o negativa. Por ejemplo, si todo el mundo está entusiasmado con una obra de arte y no ves lo que tiene de especial, puedes sentirte confundido y preguntarte qué es lo que te habrás perdido.
Cuando la gente está confundida, es probable que haya tres resultados: se aferran a sus creencias actuales y descartan la nueva información, asimilan la nueva información y sobrescriben la anterior; o encuentran una manera de mantener ambas creencias sin conflicto. Las paradojas son ejemplos de lo último: al principio, parecen contener dos piezas de información opuestas, pero al examinarlas, la oposición solo era aparente.
Las personas que están confundidas tienden a detener momentáneamente sus acciones y fruncir el ceño, mirar ligeramente hacia abajo o tocarse la frente, todo lo cual expresa que necesitan un momento para hacer la correspondencia mental o rechazar una de las piezas de información.
En el cómic, Murphy está confundido cuando esperaba que todos sus colegas estuvieran en su oficina antes de su presentación, pero encuentra la habitación desierta.