Alicia era una joven desafortunada.
Bella, joven, encantadora, virgen.
De buena familia. Bien educada.
Hasta que descubrieron a su padre.
Evasión de impuestos y a la cárcel.
Desde ahí, todo empeoró.
Su madre comenzó a medicarse.
Y pronto lo perdieron todo.
Alicia acabó en la calle.
Una vagabunda más, desesperada.
Pero un caramelito así...
... nunca dura en la calle.
Pronto llegó un todoterreno caro.
Unos zapatos lustrados, un reloj de oro.
Un hombre maduro, fuerte y atractivo.
Arturo, su salvador.
El mejor amigo de su padre.
Su compañero en la empresa.
Y ahora, el guardián de la joven.
Hasta que se volvieron demasiado íntimos.
Y entonces, todo amenazó con desmoronarse.