Soñar en la claridad del día, con los ojos abiertos poblado de imágenes, es mi costumbre pasional, consentimientos social, franco y campechano es la otra.Siempre me ilusioné pensando que todo tenemos algún tipo de poesía más o menos agradable dentro del alma, sólo hay que hacerla aflorar.Claro que pretender escribir poesías, sin el soporte técnico del conocimiento didáctico que da la retórica, ya se transita por la cornisa de la insolencia.Pero "Alguien dijo que el destino premia a los audaces".Aunque, cuando leo una poesía de algún poeta famoso, me desanimo en el intento pensando que esto es privativo de mentes iluminadas, y muy hermanados a las letras.Durante el período de mi temprana edad, aquellas poesías eran muy complicadas a veces me costaba entenderlas, escribirlas era una montaña difícil de escalar. Se escribía únicamente en versos, rigiéndose por un conjunto de normas sobre la composición denominada métrica.Según la métrica, los versos se formaban por un número fijo de sílaba (tetrasílabo, hexasílabo, alejandrino, etc.), una determinada distribución de los acentos y una rima, que darían como resultado un ritmo y un tipo de composición particular; copla, seguidilla, redondilla, cuarteto, etc.Sin embargo, la poesía moderna se caracteriza por el predominio de versos libre, donde el autor tiene libertad total para disponer y organizar los versos en el texto, y buscar su propio ritmo, sin ataduras de rimas o métricas.Puede mencionarse el uso de elementos de valor simbólico y de imágenes como la metáfora, que necesita de una actitud activa por parte de quien lee los poemas para poder descodificar el mensaje.Como si estos cambios fueran pocos, un día cualquiera pero muy bello, escuché al más grande de las letras, (en mi mundo), al señor Jorge Luis Borges decir: Si la poesía tiene música y suena bien, la poesía esta, bien. El impacto de esas palabras directamente me colocó como candidato al ruedo de la grafía.Seducido por esas expresiones, me decidí a intentarlo en el género de la poesía narrativa, moderna libre, gracia al gran maestro, Jorge Luis Borges.*****Ramón De La CruzSu nombre es Ramón Nemesio Soria Fabersani, nació en el año de la "marea alta del tango", el 31 de agosto de 1940, en San Miguel de Tucumán, en la más pequeña de todas las provincias, "El Jardín de la República". En primavera se emponcha con un verde profundo dibujado en rectángulos verde por los tablones de cañaverales de azúcar, paltas, naranjales y limoneros.La selva de los Cerros del Aconquija, desde sus mesetas, con su microclima y belleza oficia de silencioso custodio de la Ciudad, en cuyas mesetas afloran en forma salvaje las hortensias en flor. En las mañanitas, las nubes de pura remolonas para no estar solas bajan para acariciar el rostro del Caminante.Pero su gloria reposa en sus antecedentes de gestas históricas, para allá viajaron, al corazón del norte del país, los Congresales que declararon la Independencia de la República Argentina el 9 de Julio de 1816. Y hay otro broche de oro, que no mencionarlo es quitarle la luz a una estrella, la Batalla de Tucumán: El 24 y 25 de septiembre de 1812, el general Manuel Belgrano, héroe indiscutido de la Independencia y alfombra roja de la Patria, contra las órdenes del gobierno de Buenos Aires y con el apoyo de la población de la ciudad de San Miguel de Tucumán enfrenta a las tropas realistas de Pio Tristán a quien lo derrota, con la fortuita aparición de un aliado inesperado que se hace presente en la hora de la batalla, una "manga de langostas" que oscurece el cielo y favorece la estrategia del ilustre creador de la Bandera.De accidentada infancia, a los tres años el cielo se lleva a su padre, luego gran ausencia de su madre. Pasa su infancia en casa de los tíos en extrema pobreza, al pie de los cerros de Burruyacú, en el pueblo "La Cruz". En cuyo honor adopta el seudónimo "Ramón de la Cruz".