El libro es una recopilación de doce cuentos, que se describen como una suma de historias, tejidas con muchos pedazos de vida, que no fueron contadas para ser escritas. Están inspiradas en anécdotas de la vida real que la autora se tomó la libertad de combinarlas creativamente en el laboratorio de su imaginación. Miriam de León relata como aquellas historias la fueron atrapando y surgió la necesidad imperiosa de darles vida. Y así, como por un artilugio de magia, se transformaron en un libro de cuentos donde han ganado presencia física en el papel. La obra transcurre, en ocasiones, por el camino de la estampa costumbrista acosada por el humor y la ironía. En otros momentos se desborda la ficción que inyecta colorido y dinamismo a los cuentos. La escritora y poeta Carmen Matute, Premio Nacional de Literatura Miguel Ángel Asturias de 2015 (Guatemala), colaboró con pasión y entusiasmo en la revisión de los textos, y escribe el prólogo del libro, donde comenta: La autora recrea en los cuentos la vida cotidiana, el encanto de las cosas sencillas, y los dilemas de seres humanos comunes, con sus alegrías y tribulaciones, que más de una vez nos harán sonreír. A veces, por las circunstancias en las que se encuentran, otras, debido a cierta ingenuidad que los hace padecer por problemas que posiblemente podrían solucionarse con facilidad.Estos relatos se basan en algunas anécdotas reales. Se dice que la evocación es más poderosa que la realidad, y Miriam, seducida por las historias fue desgranando en la intimidad, las guardó por algún tiempo en su memoria para recrearlas con su imaginación magnificándolas, cambiándolas, trayéndolas al lector que no podrá sustraerse a su fascinación.Esta muestra cuentista se inicia con Belisario, narración cuyo protagonista Cantillo, con su enigmática personalidad de suicida que no logra su propósito, se verá acorralado por su propio deseo de quitarse la vida en un episodio totalmente inesperado. De igual manera desfilan por estas páginas, otros personajes retratados por Miriam de León con la agudeza de un buen observador. Algunos de ellos, nos recuerdan esa picaresca concentrada en la célebre figura del Lazarillo de Tormes con sus pequeñas y astutas tretas para lograr sus propósitos. Otros, esconden detrás de su intachable apariencia la hipocresía de un tartufo. Encontramos también almas buenas, dispuestas a tender una mano al prójimo, entre las que destaca principalmente el joven médico rural, idealista y comprometido con su profesión, un personaje que aparece en algunos cuentos con un discreto protagonismo, menos en el cuento final, La chica de la bicicleta. Este cuento, que cierra en forma admirable el libro, relata el romance del médico recién llegado a un pueblo, con una chica del lugar. El encuentro erótico, que no se hace esperar, el deseo de los jóvenes amantes, está descritos abiertamente pero con sobriedad. Mariíta, la chica de la bicicleta, bella y alegre, impone algunas reglas para esos encuentros, mientras el noviazgo se desarrolla con la venia del futuro suegro. El desenlace dejará en nosotros, lectores, las mismas dudas que experimentará el médico.El retablo vital, vibrante, que ha pintado Miriam de León en este libro, nos muestra un universo esencialmente humano, en el que se mezclan la mezquindad y la generosidad, y a la vez, suceden los pequeños, anónimos heroísmos diarios, con los que hombres y mujeres enfrentan la vida. Pero, en lugar de pincel, la autora ha escogido la palabra para deslumbrarnos, impactarnos, conmovernos, con su enorme capacidad de penetrar en el alma humana.