Siempre he de recordar a mi querido amigo Emilio. Inseparable compañero de sueños y frustraciones, entrañable colaborador y paciente compinche de la imaginación en la soledad de las ideas irrealizables; cómplice y tutor de la ilusión, casi un amigo de mi infancia. Creíamos conversar frecuentemente acerca de nuestras percepciones y experiencias más imposibles, deambulando pacientemente por los respetables vericuetos de la especulación como pedro por su casa; entrando y saliendo convenientemente de ella a nuestro buen parecer y beneficio, y derrumbando y construyendo entre los dos un mundo a nuestro antojo. Es decir, la mayoría de las veces a mi antojo, ya que el pobre no tenía otra cosa que hacer más que escuchar pacientemente los desvaríos, despropósitos y criticismos de este mundo, al que yo estaba muy, muy desagradecido.

"Charlando con Emilio" es sencillamente un sincero recorrido por la ingenuidad y la imaginación; un compendio de algunas vivencias, memorias y recuerdos nacidos de la ilusión y el temor a una existencia que, en apariencia, no hemos elegido ni tenemos conocimiento alguno, pero que definieron entonces lo que sería mi futuro, lo que ahora es mi realidad presente. Experiencias y momentos que han definido con lentitud el modelo de conocimiento que ha dominado mi consciencia durante el largo período de transformación en este soporte físico, y en el que mi realidad de existencia está siendo posible. Es sin duda, una interrogante a nuestro inaccesible futuro y una llamada al conocimiento y la consciencia, como expresión última de nuestra evolución.

Por eso, al escribir este libro he deseado que sus palabras reflejaran la búsqueda incesante de una realidad que dudamos como cierta. Una realidad expresada a través de contados momentos, inquietudes y emociones vividas durante el compromiso que ha definido la existencia que recuerdo. He querido que esas palabras expresaran el estado emocional del momento en que fueron creadas, que buscaran y se enlazaran en una secuencia emotiva en la que el intento y la finalidad expresaran no solo el amor, la simplicidad y la inquietud, sino también la irresolución y la impotencia, la angustia y el temor a un destino incierto e imprevisible que irremediablemente se oculta en lo más íntimo y profundo de cada uno de nosotros. Son palabras de esperanza abatidas por la búsqueda y la decepción; palabras en las que la imaginación y la crítica, la ilusión y el desacierto pudieran sugerir la posibilidad o la certidumbre de otra nueva oportunidad.

Dirigido a todos aquellos que han querido entender la magnífica y fantástica realidad de nuestra existencia, desde las impresiones más tiernas de una infancia atormentada, hasta la madurez de los recuerdos esparcidos en el espacio que hemos existido, en el tiempo que hemos creado. A todos aquellos que han sentido alguna vez la tenue llamada de la consciencia, a los que han comprendido la finalidad terminal del conocimiento, y a todos aquellos que han creído entender la realidad presente como antesala del tiempo que hemos de definir constantemente para poder existir en nuestro propio futuro. Ese es el tiempo cumplido para todos los elegidos sin elección.