About the Book
Con esta novela, de carácter simbólico, el escritor Ramón Pérez de Ayala, una de las figuras del movimiento literario del Novecentismo, alcanzó su plena madurez narrativa.La trama argumental relata la rivalidad entre los dos zapateros que dan nombre a la novela -uno, disparatadamente gongorino; el otro, dramaturgo aficionado-, y el romance quebrado que mantienen la hija del primero, Angustias, y el hijo del segundo, el seminarista Pedro (o Guillén). La idea central de la novela es la reflexión sobre la duda existencial -o trascendental- del creyente 'Pedro', puesta en duda por su relación rota con 'Angustias', a la que vuelve a encontrarse años después cuando ejerce ya como prostituta.El talante liberal con que se contempla el mundo y los personajes que lo habitan no parece matizado por contradicción alguna, pero es que aquí la contradicción forma parte de la propia naturaleza del liberalismo, que consiste, precisamente, en respetar lo que es contrario, describirlo con comprensión, sin aprobarlo, pero sin condenarlo tampoco. Al final de la novela, el autor resume esta postura suya diciendo que hay tantas verdades irreductibles como puntos de vista. (p. 309). Este relativismo es la esencia del talante liberal, y no está reñido con la defensa (incluso ardorosa) de las opiniones propias.Ramón Pérez de Ayala ensayista, poeta, narrador relevante y autor de alguna obra dramática, se singulariza entre los autores de su generación, la del 14, por una profunda formación clásica, unida, no obstante, a un temple vitalista y un fino sentido de la ironía, atemperado por un fondo compasivo.Amante de la pintura y la escultura, artes en las que indagó y hasta practicó desde la adolescencia, pasó por Alemania e Italia con una beca, en 1911, y, al año siguiente, asistió en Múnich a los cursos de Wölfflin. De tal conjunción nació, tal vez, la fuerza de las descripciones de paisajes y lugares que destacan por una eficaz plasticidad y un lirismo de corte modernista entreverado con fórmulas neobarrocas, así como una manera innovadora de presentar el tiempo narrativo al hilo de los impulsos de la conciencia de los personajes.Sin embargo, la narrativa de Pérez de Ayala se aproxima mucho más a la de su querido profesor de Derecho, el escritor, también ovetense, Leopoldo Alas, Clarín. Como él, sitúa muchas de sus novelas en la ciudad de Pilares, pseudónimo de Oviedo al igual que la Vetusta clariniana, y atiende, sobre todo, a las vivencias anímicas y a los estados de conciencia de sus personajes, proyectados a veces en digresiones que remansan el ritmo narrativo y le dan un tinte filosófico realzado, en ocasiones, por paralelismos, antítesis, referencias y citas cultas o alusiones mitológicas. La predilección por los clásicos deja una huella recurrente en la lengua y la mirada de Ayala.
About the Author: Ramón Pérez de Ayala y Fernández del Portal (n. Oviedo; 9 de agosto de 1880 - f. Madrid; 5 de agosto de 1962) fue un escritor y periodista español. Nació en Oviedo y fue bautizado en la iglesia de San Isidoro. Su padre Cirilo, oriundo de Tierra de Campos, Valdenebro de los Valles, provincia de Valladolid -en sus novelas hace referencia a esta zona y el modo de vida que llevaban los lugareños en aquella época- fue un comerciante de textiles que en su juventud residió en Cuba. Perdió a su madre, doña Luisa, asturiana, en su primera infancia. Siempre se resintió de esta orfandad, padeciendo soledad y miserias afectivas derivadas, además, de estar la mayor parte de su mocedad interno en colegios de la Compañía de Jesús, San Zoilo en Carrión de los Condes e Inmaculada en Gijón. Así consiguió un gran caudal de conocimientos humanísticos, debidos en parte al único profesor con el que simpatizó, el gran erudito Julio Cejador y Frauca, a la sazón incómodo huésped en una orden que no tardaría en abandonar. El anticlericalismo que le inspiró la educación jesuítica está plasmado en su novela autobiográfica A.M.D.G., cuyo título hace alusión al lema Ad maiorem Dei gloriam, propio de la Compañía de Jesús. Estudió derecho en Oviedo bajo la protección de Leopoldo Alas, Clarín. Allí entró en contacto con los pensadores del krausismo, entre ellos Rafael Altamira, Adolfo Posada y otros. Dispuso de la excelente biblioteca del marqués de Valero de Urría. Por entonces se deja melenas y viste con chaleco y monóculo como un dandi y exhibe una personalidad volteriana y liberal. Le atrae tanto el regeneracionismo de sus mentores como el decadentismo estético de la Europa de preguerra. Aborrece el conservadurismo burgués de la ciudad de Oviedo, que en su obra aparece bajo el nombre de Pilares. Otras denominaciones encubren en su obra literaria lugares y personajes reales: Noreña es Cenciella; Novillo es el presidente de la diputación Corbera en Belarmino y Apolonio y Pía Octava Cioretti en La pata de la raposa es Natalia Perotti, viuda de Martín Escalera. El ovetense Pedro González Blanco le puso en contacto con los modernistas de Madrid: Jacinto Benavente, Francisco Villaespesa, Mariano Miguel de Val, Gregorio Martínez Sierra, Juan Ramón Jiménez, Ramón María del Valle-Inclán y José Martínez Ruiz, Azorín. En 1902 El Progreso de Asturias imprimió por entregas su primera novela, Trece dioses.