Aunque el origen del tantra es un poco difícil de precisar, la mayoría acepta que tuvo su origen en una antigua práctica espiritual india hace unos 5.000 años. A pesar de su inicio en el mundo oriental, el tantra y el sexo navatánico es un concepto global practicado hoy en día por millones de personas. Las técnicas de tantra y sexo tántrico para adaptarse al mundo moderno siempre se están ampliando y recorriendo para descubrir nuevas formas de mantener las conexiones más íntimas entre la pareja. El sexo tántrico tiene muy poco que ver con alcanzar un pico sexual, y todo que ver con la construcción de una profunda conexión emocional. Que se experimente o no el orgasmo es irrelevante.
La conexión sexual, en este caso, es el viaje, no el destino. Encontrarás entre estas lecciones, muchos beneficios que vienen con la práctica del sexo tántrico, pero en el caso de que la experiencia sea todo sobre el viaje, el sexo tántrico puede funcionar muy bien como una promoción totalmente natural de la virilidad sexual, y una solución a la baja libido sexual. El sexo tántrico pide al individuo que se familiarice y se sienta cómodo con su propio ser sexual, y que luego experimente el placer compartiendo esta experiencia con otro. Estas prácticas buscan rendir culto a los cuerpos y proporcionar un intenso placer al otro a través de su aplicación.
El tantra no es, ni mucho menos, sólo sexo. Practicar el sexo tántrico y la vida tántrica significa abrazar una concentración en la propia respiración, los pensamientos y la alineación con el ser último. En verdad, sólo después de alinearse con el propio yo, se puede lograr el alineamiento definitivo con el otro. Un maestro tántrico está muy atento a sus propios movimientos físicos, tanto en el mundo externo como en su propio cuerpo interno.
Nuestra comprensión del sexo tántrico, y del tantra como filosofía y forma de vida, en general, se ha deformado, sesgado y diluido, de modo que la mayoría de nosotros nos quedamos con la idea de que el sexo tántrico consiste en hacer el amor de forma salvaje y chabacana. Eso no quiere decir que no pueda serlo, pero no lo es necesariamente. Ante todo, el tantra es una práctica espiritual y un hábito de respiración. La observancia tántrica también consiste en explorar otras partes íntimas de la relación que no son sólo el sexo. Se trata de encontrar el placer íntimo en esos lugares.
El tantra es un compromiso de pensamientos, creencias y comportamientos, y la conciencia de éstos al interactuar con otros, tanto platónica como sexualmente. Si tu conexión con tu pareja está sufriendo una señal débil, la puesta en práctica del sexo tántrico, a solas o juntos, puede transformar y reavivar las experiencias íntimas y sexuales que tienes con tu pareja. Con una perspectiva tántrica, la experiencia se convierte en identificar los placeres y los deseos y darles el reconocimiento adecuado. A continuación, se utiliza ese poder para aprovechar la experiencia de la indulgencia extrema en esos deseos. Esto puede lograrse sin duda por uno mismo, y probablemente debería hacerse, antes de compartir la experiencia con otro. En muchas prácticas de sexo tántrico, no hay contacto con los genitales en absoluto, pero la misma, y mejor, mejora de la experiencia sexual llega a buen puerto. En lugar de alcanzar el clímax, el objetivo es ver cuánto placer puedes experimentar y hasta dónde puede llegar tu propia energía sexual, y luego la energía sexual creada entre tú y otro.
