Leer estimula la concentración y la comprensión individual. Crear un buen libro es... ¡Otro mundo! Cuando empecé a escribir este libro: Aquel Domingo de la Tormenta, deseaba traspasar de algún modo los recuerdos de los cuentos que mi padre nos contó, en algún tiempo, a mis hermanos y a mí. Sin ignorar en mis recuerdos que cada vez que le solicitábamos a papá que nos los contara, otra vez, él nos creaba una versión diferente, eso sí, con el mismo principio y con el mismo final. Los cuentos que más me gustaba que nos repitiera eran: Caigo o no caigo que su tema trataba acerca de una casa embrujada y Ese brazo es hermano de ese pie, leyenda de las que se crearon para lograr que la gente tuviera miedo y entrara antes de que se cerraran las puertas de las ciudades, en épocas coloniales. Por eso, a ambos cuentos no lo quise dejar tan solos en mis recuerdos. No obstante, al empezar este libro no lo encontré tan fácil. No tenía idea cuál argumento usar, ni con qué comenzar. Lo que sí tenía claro era que sí quería introducir aquellos cuentos que me habían fascinado mucho. Sobre todo porque hoy en día no todo el mundo tiene un papá que se tome el tiempo de contarles cuentos a sus hijos, por esa razón plasme esos recuerdos dentro de una nueva versión creada especialmente para esta obra literaria. De esa forma fue que nació entre mis dedos el argumento central de una familia, entre líneas de militares, subliminalmente. Ni me acuerdo bien cómo fue que se me ocurrió el tema de la tormenta y la encerrona de mis personajes un domingo dentro de una casa, provocada por un fuerte temporal; tampoco recuerdo cómo logré los argumentos que desarrollé dentro de la obra; ni los otros cuentos que inventé. Todo fluía y fluía con esa creatividad que tenemos algunos escritores de crear, desarrollar e imaginar. De la misma forma, no sé cómo fue que transformé, con tantos detalles y detalles, las versiones de mi padre, dejando en ellas, como él lo hacía, el mismo inicio y (el mismo) final. Así logré que todo este conjunto de acciones diera el origen a este libro en cuestión. Por terminarlo, es evidente que empecé, al mismo tiempo me divertí y hasta reí a carcajadas escribiendo mis propias ocurrencias, a solas. No puedo negar que me gustó y disfruté, también, al ilustrarlo, aunque tampoco fue sencillo. Hacer este libro ha sido para mí ¡toda una aventura! El mismo es tan especial, que quise además de entretener, aportar datos y fechas históricas. Por eso lleva su bibliografía. Esta Edición Especial por la conmemoración del acontecimiento significativo de la fundación de la ciudad de Panamá que ocurrieron hace más de 500 años, además de un hecho histórico, marcó con su relevancia al istmo de Panamá y abarcó tanto partes de Centro América, como de Sur América, dentro de la época colonial. No sólo fue una fundación de una ciudad que ha logrado alcanzar a estar de pie aún, convertida en una gran metrópoli en este medio milenio, sino que su fundación ha sido el inicio de lo que ahora somos los americanos de esta parte del continente hoy. De allí el motivo especial de esta edición que es un recordatorio de una forma más tangible.La Tormenta, como yo lo llamo, está a disposición del público, gracias a Dios, en diversas partes del mundo, en general. Los pueden adquirir ilustrados a colores, internacionalmente, tanto como libro de texto de pasta suave o como eBook, o ambos. No ha sido fácil presentarlo pero sí ha sido una experiencia inolvidable. Espero poder seguir compartiendo a futuro, con la misma dedicación y empeño, otras obras más coleccionables, como considero que he logrado crear está.