Una criatura conocida como "animal de sangre fría" o ectotermo (derivado del griego que significa "afuera" es aquella en la que las fuentes fisiológicas internas de calor son mínimas o de muy poca importancia cuando se trata de regular la temperatura corporal. Estas Las criaturas, como las ranas, dependen de fuentes de calor externas para funcionar a tasas metabólicas extremadamente económicas. Los ectotermos homeotérmicos son aquellos que habitan entornos con temperaturas casi constantes, como los que se encuentran en partes de las profundidades del océano. Por el contrario, en regiones donde las fluctuaciones de temperatura son significativas Como para restringir las funciones fisiológicas de otros ectotermos, numerosas especies han desarrollado el hábito de buscar fuentes de calor exteriores o refugiarse de ellas. Por ejemplo, numerosos reptiles utilizan una variedad de estrategias conductuales de termorregulación para mantener su temperatura corporal, incluido el bronceado al sol. y buscar refugio cuando sea necesario. Algunos ectotermos pueden regular eficazmente su temperatura corporal a través de una variedad de patrones de comportamiento. Para maximizar su exposición al sol, los reptiles y muchos otros insectos buscan lugares soleados para calentarse. Cuando la temperatura es demasiado alta, buscan agua más fresca o sombra. Las abejas melíferas se abrigan para mantenerse calientes durante todo el invierno. Para acumular calor antes de emprender el vuelo, las polillas y las mariposas pueden disponer sus alas para recibir la mayor cantidad de luz solar posible. En grupos grandes, tomar el sol es beneficioso para la termorregulación en orugas gregarias, como el gusano web del otoño y la oruga de la tienda del bosque. Muchos insectos voladores, como los abejorros y las abejas melíferas, hacen vibrar sus músculos de vuelo sin mover violentamente sus alas para elevar endotérmicamente su temperatura interna antes de emprender el vuelo. El desafío de aplicar consistentemente conceptos como poiquilotermia y homeotermia queda demostrado por esta actividad endotérmica. Los ectotermos reciben ayuda a regular su temperatura corporal mediante ajustes tanto fisiológicos como de comportamiento. Reutilizando y preservando así parte del calor que de otro modo se habría desperdiciado, los reptiles buceadores utilizan procesos de intercambio de calor, en los que la sangre fría de la piel absorbe el calor de la sangre que viaja hacia afuera desde el núcleo del cuerpo. Para permitir un mayor enfriamiento por evaporación, la piel de las ranas toro secreta más moco con el calor. Entrar en un estado de letargo hace que algunos ectotermos ralenticen o cesen por completo su metabolismo, como en el caso de la rana de bosque. Dependiendo de la especie y las condiciones, el letargo puede durar una sola noche, una estación o incluso varios años.