Una Ciudad justa y equilibrada, donde cada individuo cumple una función esencial, sin inseguridad, y con todo lo necesario para vivir. Una Ciudad donde el destino de cada persona está predeterminado, desde el nacimiento, por la composición de su alma.La rutina de los días de trabajo en el molino consume la vida de Miguel, pero también le otorga un sentido de propósito, pues con su producción participa del esfuerzo colectivo que permite que su sociedad sea posible.
Las interminables jornadas se suceden casi idénticas entre sí, hasta que la llegada de una nueva trabajadora inspira en Miguel el deseo de una vida mejor. A pesar de la dureza de su tarea, redobla sus esfuerzos, convencido de que si se entrega por completo, obtendrá la recompensa que merece. Sin embargo, la realidad solo le trae una amarga decepción y, con ella, una serie de descubrimientos y preguntas peligrosas. La Ciudad, que él consideraba justa, comienza a revelar sus aspectos más oscuros.
"Alma de Hierro y Bronce" narra el despertar de Miguel, quien cuestiona la utilidad de su trabajo en el molino, las enseñanzas de la Academia e incluso la esencia de su propia alma, llegando a desafiar, sin proponérselo, la autoridad de los Guardianes y trasgrediendo los límites establecidos.
¿Pero son legítimas sus preocupaciones? El problema es demasiado complejo para la visión limitada de Miguel. Como artesano, no ha sido educado para pensar y puede que, después de todo, sus cuestionamientos y acciones estén amenazando con desmoronar lo que podría ser el mejor de los sistemas sociales posibles.
"-Solo sé que no sé nada -se repetía Miguel al salir del edificio. Pero él lo había intuido en la rotación del molino, en su vibración. Y lo había sentido al recoger el polvo de harina con sus propias manos."