En el mar de conceptos, invitaciones e "imperativos" del mundo massmediático actual, he observado con preocupación cómo se presentan algunas dosis de verdad en cuanto a cómo funciona nuestra mente, entrelazadas con mensajes distorsionados que carecen de fundamento válido. Mi experiencia en consulta, sobre todo en los últimos 10 años, me alerta con preocupación en cuanto al impacto que estas tendencias tienen en la vivencia y el comportamiento de una buena cantidad de personas.
En este punto en particular, no dudo que eventualmente sí ocurran milagros (a partir de la utilización de técnicas de afirmaciones positivas) cuya explicación obedezca a circunstancias favorecedoras que trasciendan la suerte... lo he visto, o que desde un terreno mental-emocional que tiende al equilibrio, se cumplan efectivamente las válidas premisas de la Psicología Cognitiva y, en algunos casos, esto favorezca los efectos potenciados en actitud, comportamiento, decisiones y relaciones, al incorporar técnicas de reencuadre y pensamiento positivo, insisto, en personas que no propenden a la ansiedad y cuyas historias de vida no contengan capítulos cargados de aflicciones que exijan ser atendidos y elaborados de una forma totalmente diferente, a partir de procesos profundos de psicoterapia guiados por el profesional de la salud acreditado para ello.
Lo que enfatizo acá, reitero, es que NO EN TODOS LOS CASOS OCURRE LA MAGIA DEL PENSAMIENTO POSITIVO. Más bien, lo que he validado a través de mis años de experiencia y ejercicio profesional, es que, a partir de nuestra configuración personal (interna): capacidades, condicionamientos, afinidades, propensiones y estilo para tomar decisiones, generamos ciertas situaciones (no todas) en nuestras vidas (conscientemente o no), de las cuales podemos cambiar el curso (o, al menos, mejorarlo un poco) si intervenimos activa y adecuadamente en esta configuración interna que nos define. Por lo cual, insisto, me parecen contraproducentes las tendencias a trivializar la complejidad de lo que se trata todo esto.
No dudo acerca de la intención favorable de muchas de las iniciativas que se difunden arrolladoramente a través del planeta; mi aporte únicamente busca ofrecer una comprensión un poco más profunda de algunas de las distorsiones que no le sientan bien a nuestra psique.
Es por éstas y otras razones que, desde hace mucho tiempo, he decidido utilizar el concepto de "PENSAMIENTO COHERENTE", en lugar de "AFIRMACIONES POSITIVAS", para trabajar en la reconducción de algunos de los procesos de nuestra mente racional-reflexiva, de un modo más cónsono con nuestras realidades internas y diversos escenarios de vida.
Próximamente contaras con el Adendum de este libro, para profundizar en las reflexiones y prácticas terapéuticas derivadas este enfoque.
Espero esta lectura pueda representar un significativo aporte para invitar a mis lectores, a emprender la tarea profundamente sanadora de reconocimiento de importantes aspectos de nuestra naturaleza elemental, abrazar nuestras tendencias básicas, respetar nuestro tiempos y procesos de cambio interno, y desde allí elegir transitar nuestro camino de vida, de modo cada vez más sin-tiente, consciente, genuino y pleno.