Enrique Pérez ÁlvarezEnrique PÉREZ ÁLVAREZ (Buenos Aires, 1909-2004). Aunque nacido en Buenos Aires, vivió en Villaviciosa entre 1914-1936, concejo del que eran naturales sus padres, donde trabajó como barbero y músico, ya que su abuelo había tocado el clarinete, su tío l trombón, y su padre había sido subdirector en la banda de La Villa. Compuso algunos tangos, pasodobles y algún vals, interpretado por Los Porteños de Sama en los años veinte, y también fue autor de melodías como "Club Lealtad" o "Villaviciosa hermosa". Tras la sacudida política y social de 1936, regresa a Buenos Aires, y con la muerte de su padre, Lorenzo 'El Bolchevique', y su hermano José, al que obligaron a cantar un tango antes de morir, que fueron fusilados en octubre de 1937 en el cementerio de Villaviciosa a manos de los nacionales, y la represión de una mujer de Miravalles que los había escondido en una vara de hierba, decide quedarse allí entre 1941-1974, donde se retira como gerente de una fábrica de refrescos. Motivado por una apuesta, escribirá en asturiano el relato "El abrazu del güelu" (1941), publicado en la revista Asturias, del Centro Asturiano. Este suceso marcaría toda su existencia, larga y productiva literariamente, escribiendo numerosos poemas y cuentos, muchos de los cuales después integrarían el libro "Fayueles y forgaxes" (ALLA, 1995), en los que refleja las tradiciones y costumbres de Villaviciosa, y "Cuentos pa neños. Poesíes" (en Cuadernos Cubera; núm. 8. 1997), además de zarzuelas y obras de teatro, como "Casimiro, el académicu", "Un día de mercáu" y "¡Qué sabíen de penes!", recogidas en "Tres pieces de teatru" (ALLA, 1998). Xurde Blanco, su descubridor, nos dice que el autor siempre reconoció que le faltaba léxico y ortografía, y que vió como un directivo del Centro Asturiano rechazaba sus escritos en asturiano por su escaso valor. Dejó inéditas las obras "Tras la tempestá", en colaboración con Paulino Rivero, "Nel xuegu del amor"; y la serie de cuentos asturianos teatralizados, de los que Xurde Blanco sólo pudo publicar dos. Ahora presentamos los once restantes. Read More Read Less